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El género épico-narrativo (II): la novela

Publicado por Pablo

NovelistaAunque, tanto la fábula como el cuento y la epopeya, son enormemente más antiguos, el género narrativo más cultivado en la modernidad es otro: la novela. Aunque dio su mayor impulso durante el siglo XIX, es un género que, con algunos variantes, proviene de épocas más antiguas.

Encontramos su origen en el periodo medieval. En efecto, en la Edad Media existió la distinción entre el término “román”, o “romance”, y el término “novella”. Con el primer término se hacía referencia los relatos que, breves o largos, y escritos en verso o en prosa, ofrecían un reflejo de lo que ocurría en la vida real, pero desde una visión marcadamente idealista.

Los temas más reproducidos eran la historiografía, las narraciones caballerescas y sentimentales, así como los relatos pastoriles y los de aventuras. A esta tradición pertenecen las llamadas novelas de caballerías, sentimentales, pastoriles, moriscas o de aventuras, que florecieron en España durante los siglos XV, XVI y XVII.

El término “novella”, por el contrario, se empleaba para designar a las narraciones breves que en una primera etapa se escribían tanto en verso como en prosa y, más adelante, pasaron a escribirse sólo en prosa. La llamada “novella” floreció primero en Italia. Era, de hecho, un género italiano que inauguró Boccacio, con su conocida Decamerón. A este género pertenecen las Novelas ejemplares de Miguel de Cervantes, así como las Novelas a Marcia Leonarda, de Lope de Vega. La visión idealista de los romances medievales, de la que los citados ejemplos no se terminaban de desgajar, quedó finalmente rota con la publicación de El Lazarillo de Tormes, obra que además, en el siglo XVI, marcó el inicio de la novela picaresca.

Realmente, los críticos no se ponen de acuerdo a la hora de fijar el origen de la novela moderna, ya que muchos consideran que procede de EL Quijote, obra que presenta ya, como ninguna otra, un cuadro crítico –y nada idealista- de la sociedad de su época. Otros en cambio, consideran que ese inicio hay que buscarlo antes y en otras obras.

En cualquier caso, ya en el siglo XVIII floreció la llamada novela epistolar, y en el XIX, la novela histórica y la novela realista. Y desde ese momento, el género ha sufrido constantes transformaciones y se ha convertido en un campo de experimentación para los escritores, que juegan con la organización de la historia, el planteamiento del espacio y el tiempo, la caracterización de los personajes, el lenguaje, etcétera.