Adverbios de modo

El adverbio es el tipo de palabra que ejerce de complemento circunstancial del verbo en la oración. Esa es su principal función, y de hecho, es lo que significa su nombre, que proviene del latín “ad-verbum”, es decir, “junto al verbo”. Algunos especialistas han empleado la expresión “el adverbio es el adjetivo del verbo” para facilitar su aprendizaje, pues la comprensión de la naturaleza y función de los adverbios suele hacerse más complicada entre los alumnos que las de otros tipo de palabras mejor conocidas, como los verbos, los sustantivos y los adjetivos.

En cualquier caso, y pese a su origen de “ad-verbum”, complemento del verbo, el adverbio también puede ejercer su función complementando a un adjetivo, y en ciertas ocasiones puede complementar también a otro adverbio.

Desde siempre, uno de los grandes dolores de cabeza de los lingüistas ha sido la forma de clasificar internamente a los adverbios. No son una categoría lingüística muy apta para ello, y resulta casi imposible obtener un sistema de clasificación completo en el que cada adverbio conocido caiga en una y solo en una de las divisiones hechas. La naturaleza de la función adverbial hace que a veces sea del todo sencillo que otro tipo de palabra, como por ejemplo un adjetivo, se adverbialice, y pase a desempeñar una función en muchos casos imprevisible.

En cualquier caso, existe una división bastante extendida que consisten en dividir a los adverbios por su categoría semántica más común. Así nacen los adverbios de afirmación y negación, los de duda, los de tiempo, etcétera. Hoy vamos a ocuparnos de los adverbios de modo, que son más o menos los siguientes:

así

bien

regular

mal

aprisa (aunque también es correcto decir “a prisa”)

deprisa (aunque también es correcto decir “de prisa”)

mejor

peor

cómo

como

igual

despacio

tal

Como su propio nombre indica, estos adverbios añaden a la oración información circunstancial sobre el modo o la manera en la que se desempeña la acción verbal. A los lectores más avispados les habrá sorprendido que en la lista anterior no hayamos incluido ningún adverbio terminado en -mente, uno de los grupos más prolíficos. La razón es que, al estar hablando de modo, aquí caben cualquier adjetivo con valor calificativo que decidamos adverbializar mediante la adición del sufijo -mente. Todos estos (y muchos más), serían pues adverbios de modo:

contrariamente

francamente

sinceramente

estupendamente

horriblemente

verdaderamente

extraordinariamente

básicamente

mayormente

cruelmente

bondadosamente

Etcétera, etcétera…