Lengua

Afijos

Publicado por Pablo

afijos.jpg Los afijos son elementos lingüísticos (normalmente partículas muy pequeñas) que se adhieren a otras palabras tanto en una posición previa, como en una posición pospuesta o en una posición intermedia. Cuando los afijos se anteponen a dicha palabra se llaman prefijos, cuando se posponen se llaman sufijos, y cuando se insertan en una situación intermedia se llaman infijos.

El objetivo de los afijos es alterar el significado de las palabras a las que se adhieren, algo que pueden hacer gramaticalmente (y en ese caso serían afijos flexivos) o semánticamente (y en ese caso serían afijos derivativos). Hay autores que consideran a estos últimos, los afijos derivativos, como los únicos afijos, y prefieren reservar para el resto el término desinencia.

En resumen, un afijo es un morfema que se emplea en el proceso de derivación y en el proceso de flexión (aunque menos veces) con el fin de formar nuevas palabras y enriquecer las familias léxicas existentes. El afijo se añade siempre al lexema o raíz de la palabra original, y su capacidad para formar palabras nuevas es clave en el índice de productividad de cada lengua.

La lengua española conoce prefijos, sufijos, interfijos, infijos y circunfijos. Vamos a definir brevemente cada uno de ellos:

Los prefijos aparecen siempre en posición anterior a los lexemas. Son átonos y carecen de la capacidad de cambiar la categoría gramatical de la palabra original. Como ejemplos, podemos citar «pre» (antes de, como en «pre-temporada»), «ex» (que ha dejado de ser, como en «ex-novia»), o «ante» (delante de, como en «ante-diluviano»).

Los sufijos aparecen siempre en posición posterior a los lexemas. Son tónicos y sí pueden cambiar la categoría gramatical de la palabra original, así como su género en el caso de los sustantivos. Existen varios tipos: los sufijos sustantivos son los que generan sustantivos: de cruel a crueldad, de levantar a levantamiento; los sufijos adjetivales generan adjetivos: de gozo a gozoso, de marear a mareante; los sufijos verbales general verbos: de fuerte a fortificar; y los sufijos adverbiales general adverbios: de salvaje a salvajemente.

Los interfijos son un tipo de afijo que carece de significado y que aparecen, en algunas ocasiones, entre el lexema y el afijo añadido, para hacer más suave la introducción de éste (de pie a piececito, donde «ec» sería el interfijo).

Los infijos se insertan dentro de la raíz de la palabra, y la rompen en dos partes. No existen en el léxico común del español, y para encontrarlos tenemos que recurrir a la alteración cariñosa de algunos nombres propios: de Carlos a Carlitos («it» sería el infijo).

Los circunfijos implican la aparición de dos afijos en dos posiciones distintas. Son muy raros en todas las lenguas del mundo, y en español sólo los encontraríamos en el caso de la doble negación.

Además de los afijos mencionados, existen otros tipos de afijos que son menos comunes, pero que también son importantes en el estudio de la morfología de las palabras. Entre estos se encuentran los suprafijos y los subfijos. Los suprafijos son aquellos que se añaden al final de la palabra, pero antes del sufijo. Un ejemplo de esto sería la palabra «cortito», donde «ito» es el sufijo y «t» es el suprafijo. Por otro lado, los subfijos son aquellos que se añaden después del prefijo, pero antes del lexema. Un ejemplo de esto sería la palabra «des-hacer», donde «des» es el prefijo y «h» es el subfijo.

Es importante destacar que los afijos no sólo cumplen una función gramatical, sino que también pueden aportar información semántica. Por ejemplo, el prefijo «in-» en la palabra «inmortal» aporta la idea de negación, indicando que la persona o cosa a la que se refiere no es mortal.

En el estudio de los afijos, es crucial tener en cuenta que no todas las lenguas utilizan los afijos de la misma manera. Algunas lenguas, como el inglés, utilizan los afijos de manera muy productiva, mientras que otras, como el chino, apenas los utilizan. Esta variación en el uso de los afijos entre las diferentes lenguas es uno de los aspectos que hacen que el estudio de la morfología sea tan fascinante.