Lengua

Alomorfo

Publicado por Pablo

alomorfo.jpg Entendemos por alomorfo cada una de las variantes que puede tener un mismo morfema abstracto, siempre que éstas tengan un significado idéntico. En otras palabras, si a cada realización fonológica concreta de un determina morfema la llamamos morfo, emplearemos el término alomorfo para referirnos a aquellos morfemas que admiten más de un morfo.

En la lengua española podemos encontrar varios ejemplos de alomorfos. Por ejemplo, el plural del español se forma añadiendo a la raíz de la palabra una morfema adicional, que en función de la naturaleza de dicha raíz admite dos alomorfos:

  • Si dicha palabra acaba en vocal átona (como hombre, perro o taxi) entonces se añade el alomorfo «s» (y se forma hombres, perros y taxis).
  • Si dicha palabra acaba en vocal tónica (como café o papá) también se añade el alomorfo «s» (y se forma cafés y papás).
  • Pero a veces, si dicha palabra acaba en vocal tónica (como esquí), el vocal se forma con otro alomorfo, «es» (y se forma esquíes).

  • Si dicha palabra acaba en consonante (como mujer o ciudad), entonces siempre añadimos el alomorfo «es» (y se forman mujeres o ciudades).

Así, no se puede decir que el plural español se forme con el morfema «s» o con el morfema «es». Es preferible decir que el plural español se forma con los alomorfos «s» o «es».

Otro ejemplo es el de algunos prefijos de negación. Por ejemplo, si queremos decir que algo no es legal, añadimos a dicha palabra el prefijo «i», y la convertiremos en «ilegal». Si queremos decir que una persona no es responsable, hacemos lo mismo y construimos la palabra «irresponsable». Sin embargo, si queremos decir de algo que no es deseable, no utilizamos la partícula «i», sino «in», y construimos «indeseable». Y más aún, si quisiéramos decir de algo que no es perdonable, hemos de utilizar la partícula «im», y no «i» ni tampoco «in» (pues en español una «p» no puede ir precedida de una «n»), de forma que construimos «imperdonable». Así, podemos decir que los prefijos de negación se construyen con diferentes alomorfos, entre los que están «i», «in» e «im».

Por supuesto, el fenómeno de los alomorfos no es único de la lengua española. En inglés, por ejemplo, el morfema utilizado para construir el tiempo pasado de los verbos regulares admite hasta tres formas, o alomorfos, según cuál sea la terminación de la raíz verbal. Y en latín, el morfema que se utiliza para construir el plural en el caso dativo tiene hasta cinco alomorfos («is», «ibus», «ubus», «ebus» y «abus»).