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Artículo «la» ante sustantivos que comienzan por /a/ tónica

Publicado por Aroa Plaza

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Hoy dedicamos este espacio de nuestro blog, La Guia 2000, al estudio del artículo determinado “la” ante sustantivos que empiezan por /a/ tónica. Veamos cómo debemos emplear el artículo en los siguientes casos:

1. Cuando un sustantivo que comienza por /a/ tónica, grafías a- o ha-, es precedido por un artículo femenino “la”, inmediatamente el artículo “la” adopta la forma “el”.

Ejemplo: *la ala, *la hacha, * la ave > el ala, el hacha, el ave.

Parece que lo que ocurre en estos casos es que se sustituye el artículo femenino por su forma masculina, pero realmente este “el” es una variante formal del artículo “la”.

Veamos su evolución:

Demostrativo latino illa > ela > ela + consonante = la; ela + vocal = el .

Así obtendríamos:

El(a) ámbar > el ámbar.

El(a) águila > el águila.

Con el paso de los siglos, esta propensión solo se ha conservado delante los sustantivos que empiezan por /a/ tónica.

En el caso de que entre el artículo y la palabra que comienza por /a/ tónica se introduzca otro elemento, el artículo tomará la forma femenina “la”.

Ejemplos:

El aula está recién pintada > La vieja aula está recién pintada.

El agua está limpia y cristalina > La limpia y cristalina agua.

Aunque en otros momentos, como la Edad Mediad, esto ocurría también delante de los adjetivos que comenzaban por /a/ tónica, hoy en día este cambio de “la” a “el” solo se produce delante de sustantivos.

Ejemplo: el alta torre (en otras épocas) > la alta torre (actualmente).

Hasta ahora hemos hablado de los sustantivos que comienzan por /a/ tónica, pero qué ocurre cuando el sustantivo al que precede el artículo comienza por /a/ átona. En estos casos, se empleará la forma “la”.

Ejemplos: la amapola, la hamaca.

Por tanto, hemos de evitar caer en el error de emplear el artículo “el” cuando nos encontramos ante una palabra derivada de otra que empieza por /a/ tónica, pero que ahora comienza por /a/ átona.

Ejemplos: el ala > la alita y no * el alita

Excepciones al uso de la forma «le» delante de sustantivos que comienzan por /a/ tónica:

a) Delante de los nombres de letras que comienzan por /a/ tónica se empela “la” y no “el”.

Ejemplos: la a, la hache, la alfa.

b) Delante de las siglas que comienzan por /a/ tónica se empela “la” y no “el”.

Ejemplos:

La AMPA (Asociación de madres y padres de alumnos).

La AECC (Asociación española contra el cáncer).

c) Delante de los nombres de seres sexuados que comienzan por /a/ tónica y que tienen solamente una forma para ambos géneros, se emplea la forma “la” para designar al ser femenino.

Ejemplo: el árabe / la árabe.

d) Delante de topónimos femeninos que empiezan por /a/ tónica se vacila en el uso de la forma “el” o “la”. Así, en:

– Nombres de continentes: se emplea la forma “el”.

Ejemplo: El frica, el Asia, pero la América (ya que comienza por /a/ átona).

– Nombres de ciudades o países: normalmente se emplea la forma “la”.

Ejemplos: La Haya, la Austria, la Ámsterdam.

Además de estos casos, es importante tener en cuenta que existen excepciones en el uso del artículo «el» ante sustantivos que comienzan por /a/ tónica en el caso de algunos nombres propios. Por ejemplo, aunque el nombre propio «Ana» comienza por /a/ tónica, se dice «la Ana» y no «el Ana». Esto se debe a que los nombres propios no siguen las mismas reglas que los sustantivos comunes.

Por otro lado, en el caso de los sustantivos compuestos, es decir, aquellos que están formados por más de una palabra, se debe tener en cuenta la primera palabra del compuesto para determinar si se debe usar «la» o «el». Por ejemplo, en el caso de «la alta mar», aunque «mar» comienza por /a/ tónica, se dice «la alta mar» y no «el alta mar», ya que la primera palabra del compuesto, «alta», no comienza por /a/ tónica.

En cuanto a los adverbios que comienzan por /a/ tónica, estos también siguen la misma regla que los sustantivos. Por ejemplo, se dice «el arriba» y no «la arriba». Sin embargo, es importante tener en cuenta que esta regla solo se aplica cuando el adverbio está siendo utilizado como un sustantivo, es decir, cuando se refiere a un lugar específico.

Finalmente, cabe destacar que aunque esta regla es ampliamente aceptada y utilizada en el español estándar, existen variaciones regionales. Por ejemplo, en algunas zonas de Andalucía y América Latina, es común escuchar «la agua» en lugar de «el agua». Sin embargo, estas variaciones son consideradas formas dialectales y no se ajustan a la norma estándar del español.