Lengua

Caso dativo

Publicado por Pablo

caso-dativo.jpgEl caso dativo es un caso gramatical presente en la mayoría de las lenguas occidentales, si bien en diferentes formas. Los casos, que existen solamente en las lenguas que cuentan con flexión gramatical, representan cada una de las formas que puede adoptar una determinada palabra según el tipo de función sintáctica que desempeñe dentro de una oración.

Hay que tener en cuenta que los casos gramaticales son, en cierto sentido, un arcaísmo, sobre todo en lenguas como el español. Los casos tienen plena aplicación en las lenguas que cuentan con declinaciones, de modo que la utilización del término no es del todo correcta cuando nos referimos a la flexión gramatical, la cual sí está presente en el español —sobre todo en los pronombres personales—. No obstante, con la protección de tener esto en cuenta podemos utilizar el término «caso» sin mayores inconvenientes. De hecho, hay autores que han terminado por ampliar la definición de «caso» para poder utilizarlo también como referencia a las formas flexionadas de cualquier palabra.

Al igual que con el caso ablativo hacemos referencia normalmente al complemento circunstancial, y con el caso acusativo nos referimos generalmente al complemento directo, el caso dativo como marca gramatical nos remite directamente a la función del complemento indirecto del verbo. En español, casi siempre, el dativo se marca con una preposición —a o para— y con un clítico.

Mi hermano le compró un ramo de flores a su novia.

El caso dativo —término que proviene del latín dativus, del verbo dare, que significa dar— es el tradicional tercer caso, y su aplicación se limita normalmente a sustantivos y a pronombres. Se utiliza para expresar la persona o el objeto que sufre, padece o recibe el efecto principal de la acción verbal, de modo que responde a las preguntas de «¿a quién?» o de «¿para quién?». En el ejemplo anterior, podemos averiguar la función de complemento indirecto —ergo, también, la marca del caso dativo— preguntando al verbo «¿a quién compró mi hermano un ramo de flores?».

El dativo está presente desde siempre en las lenguas indoeuropeas (era, de hecho, fundamental tanto para la lengua griega como para la latina, así como para el inglés antiguo) y sigue siendo utilizado en las lenguas eslavas, bálticas y germanas (checo, feroés, euskera, alemán, croata, húngaro, islandés, letón, lituano, rumano, ruso, serbio, eslovaco, esloveno y ucraniano), amén de otras muchas (fuera de las lenguas indoeuropeas lo utilizan las lenguas ugrofinesas, la lengua navaja y la lengua japonesa).