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El leísmo

Publicado por Pablo

leismo.jpgEs bastante común, aunque suele estar concentrado en determinadas zonas geográficas, el error sintáctico conocido como leísmo, al igual que sus hermanos gemelos, el laísmo y el loísmo. Llamamos así al uso incorrecto del pronombre átono “le” (y “la” y “lo”, en los otros dos casos). La dificultad de su uso correcta viene dada de que estas partes de la oración no tienen por qué concordar genéricamente y numéricamente con el nombre al que sustituyen. Tanto “le” como “les” son indiferentes al género gramatical.

En cualquier caso, “le” y “les” se deben usar siempre para indicar el complemento directo, sea este masculino o femenino. Y también pueden usarse como complemento directo, siempre que sustituyan a un sustantivo masculino que indique una persona.

Se incurre en leísmo, por lo tanto, cuando se usa indiscriminadamente “le” y “les” como complemento directo para sustituir como pronombre a un femenino, a un neutro o a un masculino que no sea de persona, sino de animal o cosa. Por ejemplo:

Cogí el coche y le llevé al taller

Este libro le compré hace ya tiempo

Al final hablé con mi amiga y le llevé a casa

En el primer caso, así como en el segundo, nos estamos a un elemento que, si bien masculino (coche, libro), no es una persona, sino un objeto. En estos casos lo correcto es emplear el pronombre “lo” (“cogí el coche y LO llevé al taller”, “este libro LO compré hace ya tiempo”). En el tercer ejemplo, nos estamos refiriendo a un femenino, de la forma que sea, de forma que lo correcto es emplear “la” (“al final hablé con mi amiga y LA llevé a casa”).

Así, en caso de ser complemento directo la función de nuestro pronombre, usaremos “le/les” sí y solo sí nos estamos refiriendo a una persona de género masculino. Dos ejemplos de uso correcto:

Encontré a mi hermano y le abracé

Les acompañé hasta el final

Aunque es importante decir que, en casos como los anteriores, también se puede utilizar “lo”, y, de hecho, es lo que suele hacerse. El uso de “le” como complemento directo es propio de zonas determinadas, como Castilla, aunque es perfectamente correcto.

En el caso del complemento indirecto, por contra, el uso de “le/les” es obligado, y no existe posibilidad de cambio. Dos ejemplos correctos:

Después de mucho trabajar, le arreglé el coche (a él o a ella)

Al final les di las gracias educadamente (a ellos o a ellas)

Es un error común, en Madrid y algunas zonas de Castilla, emplear “la” en estos casos cuando el complemento es femenino. Se dice, así “la arreglé el coche” (a ella) o “las di las gracias” (a ellas). Esto sí es un error sintáctico, conocido frecuentemente como laísmo.