Enunciados imperativos, dubitativos y exclamativos
Mediante los enunciados imperativos o exhortativos, el hablante dirige a sus interlocutor mandatos, consejos, peticiones o ruegos. La forma lingüística que adoptan los mandatos depende del contexto comunicativo, como es natural, especialmente de la relación que existe entre los interlocutores. “Déjame el libro” es, aún diciendo lo mismo, bien distinto de “¿podría usted dejarse su libro, por favor?”.
En el castellano peninsular, distinguimos dos formas gramaticales para dirigirnos a nuestro interlocutor, según la relación que mantenemos con él: tú, para el trato familiar; y usted, para el trato de respeto.
Cuando el enunciado exhortativo tiene forma oracional, el verbo principal puede ir:
En imperativo, en los mandatos afirmativos dirigidos a la segunda persona con trato familiar: “ven tú; venid vosotros”.
En subjuntivo, en los enunciados imperativos afirmativos de primera y tercera persona: “hagamos las cosas con calma”, “salgan ustedes despacio”; y en todos los enunciados imperativos negativos: “no te vayas todavía”.
En indicativo, cuyo presente y futuro pueden ser utilizados para expresar mandato: “tú sales ahora mismo y le dices que no estoy”, “tú saldrás ahora mismo y le dirás que no estoy”.
Además, es importante mencionar que los enunciados imperativos también pueden ser indirectos. En este caso, el hablante utiliza una estructura oracional declarativa para dar un mandato o consejo de manera más sutil. Por ejemplo, en lugar de decir «Cierra la puerta», se podría decir «Sería bueno que cerraras la puerta».
Pasamos ahora a ocuparnos de los enunciados dubitativos.
En los enunciados dubitativos, el hablante presenta el contenido del mensaje como algo dudoso o posible. En este tipo de enunciados, los verbos pueden aparecer tanto en indicativo como en subjuntivo: “tal vez vaya al cine esta tarde”, “quizá está en casa”.
La actitud de incertidumbre que adopta el emisor en los enunciados dubitativos, se indica mediante la utilización de adverbios de duda (quizá, tal vez, acaso, seguramente, probablemente…): “tal vez lleguen hoy”.
El futuro de indicativo y el condicional pueden adoptar matices de duda o de probabilidad en enunciados como los siguientes: “ahora mismo serán las diez” (es posible que sean las diez); “ayer serían las tres cuando llegamos” (es posible que ayer fueran las tres cuando llegamos).
Algunas perífrasis verbales de carácter modal sirven para expresar duda, como tener que + infinitivo, deber de + infinitivo; puede que + subjuntivo: “tiene que haber llegado ya”, “deben de ser las diez”, “puede que lleguen hoy”.
Además, en los enunciados dubitativos, también se pueden utilizar construcciones verbales con verbos modales como «poder», «deber» o «parecer». Por ejemplo, «Puede que llueva mañana», «Debe de ser muy tarde» o «Parece que va a hacer frío».
Por último, observemos los enunciados exclamativos.
Cualquier tipo de enunciado puede ser, además de su función principal, exclamativo, si se acompaña de una entonación exclamativa:
Enunciado desiderativo + exclamativo: ¡Ojalá venga hoy!
Enunciado imperativo + exclamativo: ¡Ven aquí!
Enunciado enunciativo + exclamativo: ¡Hace sol!
Enunciado dubitativo + exclamativo: ¡Quizá sea ella!
La entonación exclamativa manifiesta estados anímicos del emisor muy variados: sorpresa, alegría, nostalgia, miedo, dolor…
Se caracteriza por una elevación del tono en la fase inicial, y por un descenso rápido del mismo.
Además, los enunciados exclamativos pueden ser reforzados con el uso de palabras o frases intensificadoras como «qué», «cómo», «cuánto», «tan», «tanto», entre otras. Por ejemplo, «¡Qué calor hace!», «¡Cómo corre ese niño!», «¡Cuánto te extraño!», «¡Es tan bonito!», «¡Tienes tanto talento!».
En resumen, los enunciados imperativos, dubitativos y exclamativos son herramientas lingüísticas que nos permiten expresar mandatos, dudas y emociones de manera efectiva. Su correcto uso enriquece nuestra comunicación y nos permite transmitir nuestras ideas de manera más precisa y matizada.
