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Los adjetivos descriptivos

Publicado por Pablo

adjdescriptivos.jpgLos adjetivos, como hemos ido aprendiendo en la serie de artículos que hemos publicado en este blog referente a este tema, son utilizados para realizar dos funciones básicas. A veces, empleamos los adjetivos para calificar, o lo que es lo mismo, para describir rasgos o características del sustantivo al que el adjetivo acompaña y completa (pues este es un rasgo común de todos los adjetivos: nunca pueden ir solos, sino como acompañantes de un sustantivo núcleo). En otras ocasiones, empleamos los adjetivos para identificar, seleccionar o acotar el alcance de los mencionados sustantivos. En el primer caso estaríamos haciendo uso de los llamados adjetivos calificativos o descriptivos. En el segundo, emplearemos los adjetivos determinativos o demostrativos, de los cuales ya hemos hablado y sabemos que admiten bastantes subdivisiones internas. En cualquier caso, hoy nos ocuparemos de los adjetivos englobados en el primer grupo.

Como veníamos diciendo, los adjetivos descriptivos o calificativos son aquella clase de adjetivos que sirven para designar una cualidad del sustantivo al que acompañan. De esta forma nos daremos cuenta rápidamente de que nos queda un grupo muy amplio de adjetivos. Veamos unos ejemplos:

El niño alto

Una persona alegre

El alumno más aplicado

Tu perro es gracioso

Los adjetivos descriptivos, en su función más común y como rápidamente se deduce de los ejemplos, se suelen escribir detrás de los sustantivos. Sin embargo, que esta consideración no nos induzca a pensar que existe una suerte de regla gramatical que nos impida situarlo antes, pues no existe. Igual que decimos “el niño alto” o “una persona alegre”, podemos decir “el alto niño” y “una alegre persona”. Dónde coloquemos el adjetivo habrá de responder únicamente a nuestra intención comunicativa, siendo más habitual colocarlo después del sustantivo cuando queremos añadir información nueva, y delante del mismo cuando queremos recalcar una información ya conocida, intensificarla o añadirle valor poético, como cuando decimos “la blanca nieve” o “el frío invierno”.

Por supuesto, un mismo sustantivo admite la adhesión de diversos adjetivos descriptivos. De un niño podemos decir que es alto, alegre, aplicado, aseado, simpático, etcétera.

Para aclararnos las ideas, podemos esbozar un breve esquema sobre las clases de adjetivos descriptivos que existen:

  • Por su origen, pueden ser o bien primitivos (como azul, dulce, o blando), o bien derivados (como serían azulado, dulzón o blandengue).
  • Por su composición, distinguiremos entre los simples (como claro, oscuro o nuevamente azul y dulce), los compuestos (que se forman por la unión de otros dos, como claroscuro y agridulce), y los parasintéticos (que se forman por la unión de distintos procesos, como treintaidoseno o endulzar).