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Los colores: género y número

Publicado por Aroa Plaza

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En anteriores artículos de nuestro blog, La Guía 2000, hemos abordado ya cuestiones, cuyo conocimiento conduce a una correcta expresión, tanto oral como escrita. Hoy destinamos este espacio a exponer las reglas que rigen el género y número en los nombres de colores. Veamos, pues, cuáles son:

1. Género.

El género de los nombres de colores depende en primer lugar de cómo funcione la palabra en el contexto:

a) Si el color es empleado como un sustantivo siempre tendrá género masculino (el azul, el rosa, el gris, el naranja, etc.).

Ejemplo:

El rojo es mi color preferido.

b) En los casos en que la palabra que designa un color sea empleada como un adjetivo, si tiene dos terminaciones (rojo / roja, amarillo / amarilla, etc.), su género está sujeto al género del sustantivo al que califican.

Ejemplos:

María se compró una falda roja.

El coche de Martín es rojo.

Cuando el nombre del color sea modificado por otro nombre de color o por un adjetivo del tipo claro, oscuro, etc., normalmente ambas palabras aparecerán en masculino pues sobreentiende el sustantivo color, aunque no resultaría incorrecto el uso del femenino.

Ejemplos:

El vestido que llevó a la fiesta era verde claro.

La moto azul oscuro es la de mi primo Julio.

La chaqueta de su traje de boda es gris clara.

2. Número.

En cuanto al número de los nombres de colores, expondremos las reglas que rigen la formación del plural de estas palabras. Estas son las siguientes:

a) Si la palabra que designa un color está funcionando en el enunciado como un sustantivo, se seguirán las reglas generales de formación del plural.

Ejemplos:

Los negros son más elegantes.

En la vida no todo son blancos y negros, también hay grises.

En el caso de que se quieran expresar distintos matices de un nombre de color a través de un sustantivo, este sustantivo no variará, es decir, no aparecerá en plural aunque el nombre de color al que modifica sí lo haga.

Ejemplos:

Me aconsejó que pusiera los verdes esmeralda.

Los rosas palo no me favorecen nada.

b) En las ocasiones en los nombres de colores funcionan en el enunciado como adjetivos hemos de diferenciar:

– Aquellos que sólo designan colores y que concuerdan en número con el sustantivo al que califican.

Ejemplos:

Hay que tirar los sillones azules porque están muy viejos.

Los calcetines blancos son los que uso para hacer deporte.

– Aquellos que designan flores, frutos u otros objetos que tienen un color característico y que:

• al emplearse como aposición, no varían su número.

Ejemplos: Labios rosa, pantalones malva, pétalos naranja, etc.

• al funcionar como adjetivos plenos, concuerdan en número con el sustantivo al que califican.

Ejemplos: Labios rosas, pantalones malvas, pétalos naranjas, etc.

Cuando el nombre del color sea modificado por otro nombre de color o por un adjetivo del tipo claro, oscuro, etc., normalmente los dos aparecerán en singular.

Ejemplos:

Los uniformes azul marino me recuerdan a mi tío Enrique.

Tengo en mi armario varias chaquetas gris marengo que no uso nunca.