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Pronombres átonos

Publicado por Pablo

pronatonos Aunque la gramática tradicional lo haya repetido por activa y por pasiva a lo largo de mucho tiempo, la definición de los pronombres como “las palabras que sustituyen al nombre” no es, en realidad, la más precisa ni la más adecuada. Los gramáticos más contemporáneos entienden la función pronominal de una manera diferente, y hoy han pasado a definir al pronombre como “el núcleo sintagmático de un sintagma determinante”.

Más allá de la terminología académica, podemos decir que el pronombre tiene una característica que lo hace único: la deíxis. Por norma general, casi todas las palabras que empleamos en una oración tienen lo que se llama un referente fijo. A veces este referente es externo, como en el caso de los sustantivos. A veces no, pero lo importante es que para entender el significado de un sustantivo, de un verbo o de un adjetivo no hemos de buscar ninguna otra palabra dentro de la propia oración, sino que éstas cuentan con su propio contenido léxico, o lo que es lo mismo, con un referente fijo. En cambio, los pronombres no pueden contar de ese referente fijo y en cambio disponen de uno de tipo variable. Los pronombres, pues, se relacionan con otros conjuntos sintagmáticos que ya han aparecido en la oración

Los pronombres carecen, como elemento anafórico que son, de contenido léxico. Y de esta manera necesitan de un “antecedente”. Este antecedente puede ser “sintáctico” “discursivo”, es decir, puede aparecer explícitamente en la oración (sintáctico) o no hacerlo (discursivo).

En este artículo, una vez establecido lo anterior, queremos ocuparnos particularmente de los pronombres personales de tipo átono. Como ya sabemos, un pronombre personal es el que hace algún tipo de referencia directa a una persona, un animal o una cosa, es decir, cuyo antecedente es “personal”. Pero pronombres personales existen al menos de dos tipos: tónicos y átonos.

Los pronombres personales átonos son los que actúan como complemento verbal aunque no preposicional o como formante de los verbos pronominales. De hecho, se llaman átonos por su carácter una razón, y es que se pronuncian necesariamente ligados al verbo con el que forman una unidad acentual.

La lista de pronombres personales átonos es la que sigue. Para la primera y segunda personas, tenemos “me”, “te”, “nos” y “os”. Para la tercera persona tenemos “lo” (y “le”), “la”, “los” y “las” cuando actúa como complemento directo; “lo” como atributo”, “le” y “les” como complemento indirecto; y “se” como forma reflexiva.