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Pronombres personales

Publicado por Pablo

pronpersonalesNormalmente, todas las palabras que forman parte de una oración tienen un referente fijo. Esta propiedad es más clara en el caso de los sustantivos: una “mesa” siempre hará referencia a una “mesa”, y no a otra cosa. En cambio, los pronombres tienen la particularidad de no tener ese referente fijo, sino que disponen de uno de tipo variable: en concreto, se relacionan con otras palabras o conceptos que ya se han nombrado o cuya existencia puede inducirse de alguna manera por el contexto. Esta propiedad responde al nombre de deíxis.

Por decirlo de una forma más sencilla, podríamos decir que los pronombres carecen de significado léxico, al igual que cualquier elemento anafórico. Al ser así, los pronombres requieren de la presencia de un “antecedente. Este antecedente puede ser “sintáctico”, es decir, hecho explícito en la oración, o bien “discursivo”, presente en el conocimiento de los hablantes pero no materializado en elemento sintáctico de la propia oración.

Por ejemplo, en esta oración:

José Luís, al final, no consiguió las notas que él quería

Ese “él” del final de la oración hace referencia a “José Luís”, es decir, depende de un elemento sintáctico del comienzo de la oración. Si cambiásemos “José Luís” por “mi amigo” o “su padre”, entonces el referente de “él” cambiaría.

Los pronombres no son “las palabras que sustituyen al nombre”, como erróneamente los ha caracterizado la gramática tradicional. Por el contrario, un pronombre es el núcleo sintáctico de un sintagma determinante si atendemos al punto de vista de la más reciente teoría gramatical. Los pronombres, por otra parte, son una categoría gramatical universal, y están presentes en todas las lenguas que existen.

Teniendo en cuenta todo lo anterior, un pronombre personal se puede definir como un morfema sin contenido léxico que, de forma general, hace referencia a un antecedente -sintáctico o discursivo- que puede ser una persona, un animal o una cosa.

En español existen dos tipos de pronombres personales: los tónicos y los átonos.

Los pronombres personales tónicos son los siguientes: yo, tú, él/ella, usted, nosotros/as, vosotros/as, ellos/as. Estos pronombres tónicos tienen la posibilidad de actuar como sujetos de cualquier oración, aunque a ellos habría que añadir las variaciones de primera persona: mí, conmigo; y de segunda persona del singular: tí, contigo.

Los pronombres personales átonos son los siguientes: lo, los, la y las.

Además de los pronombres personales tónicos y átonos, también existen los pronombres reflexivos y recíprocos. Los pronombres reflexivos son aquellos que indican que la acción del verbo recae sobre el mismo sujeto que la realiza, como en la frase «Yo me miro en el espejo». Los pronombres recíprocos, por otro lado, indican una acción mutua entre dos o más sujetos, como en la frase «Nosotros nos ayudamos».

Es importante destacar que los pronombres personales pueden variar en género y número, lo que añade una mayor complejidad a su uso. Por ejemplo, en español, el pronombre personal «él» se convierte en «ella» en femenino y en «ellos» o «ellas» en plural.

Además, en algunos casos, los pronombres personales pueden omitirse en español, especialmente cuando el verbo ya indica la persona y el número. Esto se conoce como «sujeto elíptico» o «sujeto tácito», y es muy común en la lengua hablada. Por ejemplo, en lugar de decir «Yo voy al cine», se puede decir simplemente «Voy al cine».

Para terminar, algunos ejemplos de uso:

Tú siempre quisiste ser arquitecto

Ella me dijo que no

¿Entiende usted lo que le estoy diciendo?