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Historia de una escalera, de Antonio Buero Vallejo

Publicado por Aroa Plaza

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El artículo de hoy está dedicado a la obra teatral Historia de una escalera, escrita en el año 1949, por uno de los dramaturgos más importantes en el panorama literario español de los años cincuenta y sesenta, Antonio Buero Vallejo. En el descansillo de una escalera de un bloque de viviendas pertenecientes a gente humilde (obreros, empleados, propietarios de pequeños comercios, etc.) es donde trascurre la acción de esta pieza teatral. Es en este espacio, pues, donde vemos todo lo que ocurre y las relaciones existentes entre los vecinos y entre los propios componentes de las familias. Todo lo que sucede en el interior de las casas o fuera del edificio y del propio rellano permanece para el lector/espectador en la sombra. De este modo, en apariencia, solo obtenemos información de una pequeña parte de las conductas sociales de estos individuos; pero, en ellas, realmente podemos apreciar problemas familiares, laborales, políticos, etc.

En la obra se mantienen de modo riguroso las unidades de lugar y acción, pero el tiempo se extiende de forma considerable: más o menos son treinta años los que pasan entre el inicio y el final de la obra; aunque, hemos de decir que se producen saltos en el tiempo que aceleran el trascurso del tiempo. Así, los hechos del primer acto se producen en el año 1919, los del segundo en 1929 y el último en 1949, la actualidad del escritor en aquel momento. Estos espacios de tiempo permiten al público prestar atención a los cambios que han podido producirse a lo largo de esos treinta años.

Con esta obra, Buero Vallejo inicia un tipo de teatro de carácter social, que se inspira en la realidad y da importancia a la psicología, dejando de lado la frivolidad del teatro burgués para ahondar en las preocupaciones sociales. Podemos decir que la importancia de esta obra reside en trasformar el realismo intranscendente del siglo XIX en un realismo transcendente que triunfará en el siglo XX y que invitará a la meditación y dejará de lado la risa facilona. Vemos, pues, en Historia de una escalera las vidas difíciles y la lucha de los personajes que transitan por ella; en definitiva, la vida de un madrileño de barrio tras la guerra civil. Y es que en la obra de Vallejo cobra vital importancia esta clase trabajadora, que hasta el momento solo había servido para el sainete.

Algunos estudiosos, como Luis Molero Manglano, han visto en esta obra las bases del pensamiento existencialista de Sartre. Pero aún es más, se podría decir que el existencialismo está presente en toda la trayectoria literaria del autor; aunque hacia el final de su carrera ese existencialismo pesimista le aparezcan brotes de esperanza y rebeldía.

Muchos críticos han señalado cierta relación entre las obras de teatro de Buero Vallejo y el sainete; pero, en su opinión, Francisco Ruiz Ramón mantiene que el hecho de que los personajes pertenezcan a una clase social humilde no es suficiente para sostener tal afirmación; ya que el sainete a través del costumbrismo trasmite apariencias y las obras de Buero Vallejo buscan lo trascendente.