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Travesuras de una niña mala, de Mario Vargas Llosa

Publicado por Pablo

Travesuras de una niña malaLa publicación de este libro, Travesuras de una niña mala, supuso un hito en la brillante carrera literaria de Mario Vargas Llosa. Lo admitió además él mismo, y es que, pese a ver escrito decenas de obras, y haber tratado tan diferentes temáticas, el propio Mario admitió que esta era, de todas ellas, su primera novela de amor.

La historia narra en realidad muchas cosas, como suele ocurrir en las novelas de Vargas Llosa. Pero su hilo conductor, la raíz de su argumento, es la historia de amor que viven dos personas a lo largo de más de cuarenta años, nada menos. Cuarenta años, además, de una época especialmente prolija en acontecimientos históricos: la segunda mitad del siglo veinte. Naturalmente, en cuatro décadas pasan muchas cosas, tanto a ellos como al mundo en el que viven, y es ahí donde el autor aprovecha para enriquecer el trasfondo de la novela, introduciendo numerosos acontecimientos culturales, sociales y políticos acontecidos en ese tiempo.

Pero hablemos del argumento. El personaje principal de esta novela es Ricardo, que al comienzo de la novela no deja de ser un adolescente peruano de clase media, que vive en el barrio de Miraflores y que, desde que conoce a una chica de origen humilde, ‘la chilenita’, ve cómo su vida cambia para siempre. Su amada aparece y desaparece y en algunas ocasiones se pierde por mucho tiempo, así que al pasar el tiempo Ricardo se marcha de su país para cumplir un sueño que tenía desde la infancia: el de irse a vivir a París. En la ciudad del amor consigue un trabajo como traductor de la UNESCO, y allí, casualidad fenomenal, vuelve a encontrar a su amor perdido de la adolescencia. Ahora ya no es ‘la chilenita’, sino otra chica aventurera, inconformista, inquieta y pragmática. Su reencuentro cambia a Ricardo por completo y le da un baño de realidad, le aleja de sus sueños de juventud y le encamina por unos derroteros que ni él mismo habría imaginado. Le impregna de vida, dicho en pocas palabras, y es aquí donde Vargas Llosa desarrolla todo su talento literario para llevar el lector por algunas de las mejores páginas del libro, mientras le da una vuelta por París, Londres, Tokio o Madrid.

En un incontenible devenir de encuentros y desencuentros, Vargas hace crecer la intensidad del relato página a página, y consigue que se produzca un vínculo cercanísimo entre lector, y protagonistas. Algo que sólo los grandes escritores son capaces de hacer.