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El ensayo en el siglo XVIII

Publicado por Aroa Plaza

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En La Guía 2000 hoy vamos a adentrarnos en el siglo XVIII para observar las características y rasgos propios de la prosa desarrollada durante esa época. Para hacerte una idea general del contexto en el que esta se desarrolla, solamente tendrás que echar un vistazo a estos otros artículos: La Ilustración en Europa y La Ilustración. Ahora, que ya estás en disposición de entender mejor la prosa del llamado Siglo de las luces, comencemos:

Una de las características principales de la prosa de esta época es su carácter didáctico, pues los textos se crean con la intención de enseñar algo al lector. Para lograr este fin, triunfarán nuevos géneros como el ensayo, que servía a los autores del XVIII como medio de difusión de ideas novedosas destinadas a las mentes abiertas e inquietas de la burguesía, clase social que se convierte en pieza esencial en el mundo de la literatura, tanto como lectora como creadora. El ensayo es un género que viaja a España desde Francia, pues fue allí donde Michel de la Montaigne en siglo XVI dio el título de Essais (Ensayos) a las reflexiones que recogía en su obra. En España, en el siglo XVIII encontramos ensayos y artículos que serán primordiales en la prosa ilustrada.

Fray Benito Jerónimo Feijoo y Montenegro es la figura más representativa del ensayo español de ese momento con obras como Teatro crítico universal, escrita entre los años 1726 y 1739, o Cartas eruditas y curiosas, compuestas entre 1742 y 1760.

El escritor José Cadalso de Vázquez y Andrade también ocupa un lugar importante en la producción en prosa de la Ilustración española, su obra Cartas marruecas, colección de noventa cartas escritas en su mayoría por el personaje de Gazel (un marroquí que tenía una relación de amistad con el embajador de Marruecos en España) a su maestro en África, Ben-Beley. Fue compuesta entre los años 1768 y 1774 y apareció publicada de modo periódico en el Correo de Madrid. Estas cartas tratarán distintos temas como por ejemplo el ridículo sentimiento de orgullo español, la nobleza no merecida, el declive de la nación de España, el lujo desmesurado, la introducción de numerosos vocablos franceses en el español, etc.

Otro escritor digno de mención es Gaspar Melchor de Jovellanos, quien se relacionó con políticos como Pedro Rodríguez de Campomanes y Pérez o Pablo Antonio José de Olavide y Jáuregui y con los escritores, ya citados, Feijoo y Cadalso. Jovellanos escribirá siguiendo la estela reformista e ilustrada del momento, esto podemos verlo por ejemplo en su Informe sobre la ley agraria, donde observamos influencias, por ejemplo, de la escuela fisiocrática de Quesnay (economista francés). Con esta obra, el autor pretendía que la ley protegiera la libertad económica en el cultivo y la distribución de productos, pero no fue bien recibida por la Inquisición.

Casi rozando el siglo XIX y ya con pequeñas pinceladas prerrománticas, encontramos la figura de José María Blanco Crespo “Blanco White” , escritor español con residencia en Londres donde publicará El Español desde el año 1810 al 1814, donde se mostraba crítico con las autoridadesde España. Escribió además diversos ensayos y artículos, como por ejemplo los aparecidos en la revista Variedades o mensajero de Londres, difundida por Hispanoamérica.