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Gaspar Melchor de Jovellanos

Publicado por Aroa Plaza

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Gaspar Melchor de Jovellanos nació en Gijón en el año 1744. Pertenecía a una familia pudiente y tuvo la oportunidad de estudiar filosofía y leyes en su juventud. En el sur de España, concretamente en la ciudad de Sevilla, Jovellanos conocerá a importantes hombres de la época, como por ejemplo Pablo de Olavide, gracias a su cargo en la Sala del Crimen. Posteriormente se traslada a Madrid y allí es nombrado alcalde de Casa y Corte y, además, pertenece a varias academias desde donde el escritor puede difundir las nuevas ideas de la época. En el año 1788 muere Carlos III y Jovellanos empieza a perder los privilegios con los que había contado hasta el momento, pierde su lugar en la cote y es devuelto a su ciudad de origen con la excusa de un pequeño cargo que ocuparía allí. Una vez Instalado en Gijón Jovellanos no pierde su s inquietudes y funda el Instituto de Estudios Asturianos, donde se impulsaba el desarrollo y evolución de Asturias a través de la enseñanza de idiomas y ciencias naturales desde una perspectiva abierta e innovadora. En el año 1797, Godoy rescata la figura pública de este autor y lo nombra ministro de Justicia, aunque no duró mucho en este puesto pues los contrarios a la modernidad y al espíritu inquieto y reformador de Jovellanos se encargaron de lograr su cese. Este suceso provocará un nuevo retorno a Gijón. Al poco tiempo, en el año 1801, Jovellanos cae en desgracia y es acusado de hereje, lo trasladan como prisionero a Mallorca. En 1808, con la invasión de Francia, Jovellanos es puesto en libertad y aunque ya no gozaba de buena salud José de Bonaparte le ofreció un puesto como ministro que Jovellanos rechazaría, pues era partidario de aquellos que se levantaban contra los invasores.

En cuanto a su obra, hemos de decir que fue un autor que atesora una gran cantidad de escritos. Para expresar sus ideas se sirvió de varios géneros como por ejemplo la poesía, el drama o el ensayo, donde trató múltiples temas como la economía, la política y la historia entre otros. Jovellanos no es un escritor dedicado estrictamente a la obra literaria, sino que también, como buen hombre del siglo XVII, se dedicó a escribir obras de carácter técnico o político. Pero, a pesar de ello, todos sus textos tienen un aire literario debido a la expresión viva y colorida del escritor.

En cuanto a su obra poética podemos destacar algunas obras como Jovino a sus amigos de Salamanca, Epístola a Batilo o Espítola de Jovino a Anfriso. Pero, donde verdaderamente brilla nuestro escritor de hoy es en la escritura en prosa. Subrayamos algunas obras como La memoria para el arreglo de la policía de espectáculos y diversiones públicas, del año 1790; El informe sobre el expediente de la ley agraria, de 1794; o, Memorias histórico- artísticas de arquitectura.

A parte de estas obras, conservamos muchos más escritos de Jovellanos como por ejemplo el Epistolario y el Diario, que arrojan luz sobre la forma de pensar de Jovellanos, su personalidad, sus costumbres, etc.