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Obras de Unamuno

Publicado por Lourdes

En el artículo anterior te mostramos los datos biográficos y el pensamiento que describieron la vida de uno de los autores más importantes del movimiento literario español de la Generación del 98: Miguel de Unamuno. Si no pudiste leerlos no te preocupes pues a continuación te proporcionamos un enlace directo para que accedas a ellos:

Miguel de Unamuno

Pensamiento de Unamuno

Pues bien, en el artículo de hoy seguiremos indagando en el análisis de este autor centrándonos concretamente en sus obras, sus creaciones. No pierdas ni un detalle.

OBRAS COMO POETA

En el año 1920 escribió un poema largo titulado «El Cristo de Velázquez», compuesto con versos libres de once sílabas (encasílabos). En él se trata el tema del mundo de las creencias y místicas más conocidas de una forma lo más heteroxamente posible.

En 1924, publicó su obra «Teresa». Se trataba de un poema dedicado al amor entre seres humanos, en esta ocasión no había ningún rasgo religioso.

Su obra del año 1925 fue la titulada «De Fuerteventura a París» la cuál se forma con un conjunto de 103 sonetos que abordan temas de todo tipo: la nostalgia, el paisaje, la política e incluso su propia biografía.

Durante el año 1928, su obra «Romance del destierro» fue publicada, y años más tarde hará una recopilación de sus mejores poemas escritos desde este año hasta los últimos días de su vida.

OBRAS COMO NOVELISTA

Miguel de Unamuno hacía uso de la novela para transmitir todas las dudas existenciales que pasaban por su cabeza. Por esta razón, una de las mejores aportaciones hechas de su mano es la titulada «nivola» un concepto con el que pretendió desarticular las características de lo que hasta ese momento era la novela, incluyendo hasta la propia nomenclatura.

Estos nuevos rasgos novelescos consistían en lo siguiente: seguir los datos biográficos pero fantaseando con que pueda continuar con una vida después de la muerte. Utilizar el drama íntimo y personal para emocionar a los lectores y desarrollar la acción a través del diálogo de los personajes desde un punto de vista dialéctico.

Para llegar a esta evolución de la tradicional novela, Miguel de Unamuno utilizó el recurso de que el protagonista, que era el propio Unamuno, expresaba sus miedos y luchas vitales mientras que el resto de los personajes se limitaban a darle réplica y explicar su opinión. Para ello se utilizaba el monólogo interior, presentaba la realidad a través de dos perspectivas totalmente contrarias, introducía la novela dentro de la novela, además de los prólogos, los epílogos y los apéndices como recursos evidentes para poder ver la novela desde una perspectiva totalmente original y novedosa.

Como novelista también fue el creador de grandes obras a destacar. Las más importantes son las siguientes: «Amor y pedagogía», «Niebla», «Abel Sánchez», «La Tía Tula», «La novela de Don Sandalio, jugador de ajedrez» y «San Manuel Bueno, mártir». En el artículo de mañana desarrollaremos las características más relevantes de éstas, además de continuar con las obras de teatro que Miguel de Unamuno también compuso.