Poesía de los 70
Al igual que existió una poesía experimental de los años 60 en la literatura española, como ya vimos en artículos anteriores, también existió el movimiento literario de la poesía experimental de los 70 conocido como la Generación del 68 o la Generación del lenguaje. Los autores representativos de este movimiento literario experimental tenían una nueva sensibilidad, en lugar de las consignas dogmáticas que hasta hace poco guiaban sus vidas. La Generación del 68 coincide con el periodo de tiempo que se extendió desde los últimos escollos de la dictadura en España y los comienzos de la democracia.
Con respecto a sus ideales, rechazaban totalmente la poesía comprometida y defendían la independencia de ésta y utilizaban la subjetividad en sus preocupaciones culturales decadentistas. Además, su técnica era radicalmente experimental, sobre todo de naturaleza surrealista.
Como los autores de la poesía de los 70 tenían una mente muy abierta, su abanico de intereses se extendió, pero siempre respetando el no mezclar el desacuerdo que sentían con la situación social en la que se encontraba el país, con la buena literatura.
Este movimiento literario también destacó por volver a la vanguardia y a lo irracional. Por otro lado ensalzó con la poesía de los años 20.
Al grupo de autores que pertenecieron a la poesía experimental de los años 70 de la literatura española se les conocía como a los “novísimos”, y fueron los siguientes: Manuel Vázquez Montalbán, Guillermo Carnero, Antonio Martínez Sarrión, Félix de Azúa, José María Álvarez, Vicente Molina Foix, Ana María Moix, Leopoldo María Panero y Pere Gimferrer, del que a continuación hablaremos más detalladamente.
Merece la pena, antes de nada, destacar algunas obras de estos autores como: “Una educación sentimental” de Manuel Vázquez Montalbán; “Dibujo de la muerte” de Guillermo Carnero y “Teatro de operaciones” de Antonio Martínez Sarrión.
Con respecto a Pere Gimferrer, que nació en Barcelona en el año 1945, fue un precoz autor que se convirtió en maestro de la nueva poesía castellana y catalana. Tardó poco tiempo en cambiar su estilo, ya que pasó de la poesía que se estaba desarrollando en ese momento a volver al surrealismo. Un claro ejemplo de ello fue su obra “Arde el mar”, publicada en el año 1966, en la que reflejó un realismo desbordado, aludiendo continuamente a escritores, artistas y referencias culturales, sobretodo Venecia, la cual era un símbolo del movimiento. Pero todo ello estaba perfectamente pensado y analizado por el autor, derrochando riqueza rítmica, léxico adecuado, imaginación y sensorialidad.
Otra de sus obras fue la titulada “La muerte en Beverly Hills”, publicada en el año 1968. En ella reflejó su fascinación por el mundo de Hollywood y trató temas como: el amor, la ternura, la muerte o la violencia.
Fue uno de los representantes más jóvenes de la Real Academia Española de la lengua en la que se centró, sobre todo, en cultivar la literatura en la lengua catalana.
Merece la pena recordar otros autores de la poesía experimental de los años 70 como fueron: Jenaro Talens, José Miguel Ullán y Juan Luis Panero, entre otros.
