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Sustantivos propios

Publicado por Pablo

propios Desde hace unos días, en La guía de lengua estamos estudiando los sustantivos. Nos estamos adentrando en sus particularidades -que no son pocas-, en sus características más significativas y, sobre todo estos primeros días, en sus diferencias y en la forma que tenemos de clasificarlas. En este artículo vamos a completar una de ellas: la que separa a los sustantivos propios de los sustantivos comunes.

Como ya sabrán todos nuestros lectores, la clasificación de los diferentes tipos de sustantivos es bastante original, y difiere sustancialmente de la forma en que se clasifican otros tipos de palabras. En el caso que nos ocupa, los sustantivos no se clasifican con una serie de categorías finita y abarcable en la que quepan todos ellos. Eso es lo que ocurre, por ejemplo con los adverbios, que en cada caso podemos decir si son “de posibilidad”, “de negación”, de “de tiempo”, o de cualquier otro tipo. También con los verbos, que pueden ser de una de las tres conjugaciones pero no de más de una a la vez. Los sustantivos sin embargo son diferentes, y por lo general se clasifican en base a una serie de categorías binarias que se contraponen entre sí (un sustantivo no puede pertenecer a ambas) pero que resultan acumulativas en serie. Por poner un ejemplo, un sustantivo no puede ser concreto y abstracto a la vez. Si es concreto, ya no es abstracto. Y si es abstracto, no puede ser concreto. En cambio, sí puede ser concreto y común, concreto y propio, abstracto y común, etcétera.

Teniendo en cuenta lo anterior, pues, hoy vamos a adentrarnos en el estudio de los sustantivos propios, que es la categoría que ejerce de contrario de los sustantivos comunes.

Un sustantivo propio, o nombre propio, se podría definir como aquél que designa una persona, un animal o una cosa de forma individualizada entre las demás personas, animales o cosas. No de forma genérica, sino de forma diferenciada.

Si decimos “escritor”, estamos haciendo referencia una profesión, y podríamos estar refiriéndonos a muchísimos escritores. En cambio, si optamos por decir “Gabriel García Márquez”, entonces estamos haciendo referencia a un escritor en concreto, un escritor “propiamente” hablando, y estaríamos empleando un nombre propio.

Si empleamos la palabra “equipo”, abarcamos muchas posibilidades. Si en cambio decimos “River”, “Boca” o “Barcelona”, nos estamos refiriendo a algo muy concreto.

Como se habrá notado, los nombres propios tienen una particularidad que se cumple siempre: se inician con letra mayúscula en todos los casos.