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Verbos: gerundio

Publicado por Pablo

gerundio En La guía de lengua hemos iniciado un recorrido -que esperamos sea bastante detallado- que nos llevará a conocer en detalle y profundidad los verbos. Estamos estudiando sus tipologías, sus variaciones y sus particularidades, y en el artículo de hoy vamos a tratar concretamente uno de los tres tiempos no personales que tienen todos los verbos de nuestro idioma: el gerundio.

Los verbos, en efecto, no sólo cuentan con los llamados tiempos personales, que son aquellas que se conjugan de forma diferente según la persona a la que hagan referencia (yo, tú, él, nosotros, vosotros, ellos). Además, todos los verbos pueden presentarse en tres formas que se llaman no personales porque no hacen referencia a ninguna persona: son el infinitivo, el participio y el gerundio. Vamos a adentrarnos en las particularidades de este último.

El gerundio puede ser simple o compuesto. Cuando el gerundio adopta su forma simple, es cuando se presenta de esta manera:

Infinitivo: Andar » Gerundio simple: Andando

Infinitivo: Comer » Gerundio simple: Comiendo

Infinitivo: Dormir » Gerundio simple: Durmiendo

Los gerundios simples expresan una “acción durativa”, una acción que transcurre sin que se determinen gramaticalmente ni su principio ni su final, y por lo tanto, una acción imperfectiva.

Como se puede observar en los ejemplos dados, el gerundio simple se forma añadiendo la terminación “-ndo” a la raíz verbal, que se enlaza con la mencionada terminación mediante una “a” en el caso de los verbos de primera conjugación (“andando”), y con el diptongo “ie” en el caso de los verbos de segunda y tercera conjugación (“comiendo”, “durmiendo”).

El gerundio, como decimos, representa una acción imperfectiva. Sin embargo, puede ir ligado a otro verbo que represente una acción perfectiva, como por ejemplo en “iré corriendo” o “llegué corriendo”. En el segundo caso, sobre todo, “llegué” representa una acción ya terminada, pero al gerundio esto no le afecta ya que de lo que nos habla es de una acción alargada, continuada en el tiempo, aunque por su verbo acompañante sepamos que ya está terminada. El gerundio es como la fotografía de un momento.

Por otra parte, el gerundio compuesto tiene lugar cuando el verbo auxiliar de una forma compuesta adopta forma de gerundio. Por ejemplo:

Parece mentira que me digas eso, habiendo sido amigos tanto tiempo

Como se puede observar, nada cambia respecto a lo anterior. Aquí se da a entender que ya “no somos amigos”, pero también que “hemos sido amigos” durante mucho tiempo.