La filosofía del lenguaje
La filosofía del lenguaje es, en términos generales, toda filosofía que hace del lenguaje el tema central de sus reflexiones. En realidad, la filosofía se ha ocupado desde sus orígenes de problemas relativos al lenguaje, aunque sólo en el siglo XX se ha producido un giro, una profunda variación, en cuanto a la concepción de éste por parte de aquélla: lo que se ha dado en llamar el “giro lingüístico” (según R. Rorty) o el “cambio de marcha” (según J. Ferrater Mora). Las causas, o la paternidad de este giro lingüístico, deben buscarse por dos lados: el primero tiene que ver con el desarrollo de la lógica matemática, y la aparición de Principia Mathematica (1910-1913), obra en la que sus autores, Whitehead y Russell, intentan fundar la matemática en la lógica; el segundo es la publicación del Curso de lingüística general (1916), de Ferdinand de Saussure, base de la lingüística estructural.
Nunca antes, a lo largo de la tradición filosófica, habían sido de poca importancia las cuestiones sobre el lenguaje, aunque se habían tratado generalmente de forma aislada y verdaderamente difusa, si la comparamos con estas nuevas tendencias. Y es que la filosofía tradicional había tratado el lenguaje como un instrumento y vehículo de comunicación y de conocimiento. Nada más.
Existió, no obstante, otra tradición filosófica, surgida sobre todo en los siglos XVIII y XIX en Alemania, que se basa en las investigaciones lingüísticas inspiradas en la Ilustración y en el romanticismo alemán de J.G. Herder y Karl Wilhem von Humboldt, sobre todo. Para estos autores el lenguaje no es un mero producto u objeto, sino un elemento estructurador de lo que es el hombre y a la vez realidad primaria en la que el hombre se halla inmerso y anterior a él, de manera que la comprensión que el hombre alcanza del mundo y de sí mismo no puede hacerse sino por medio del lenguaje. Muchos autores posteriores, como Husserl, Heidegger, Cassirer, Merleau-Ponty, Gadamer, Wittgenstein (en la imagen) y otros, han investigado partiendo siempre de la línea iniciada por Herder y Humboldt. Además, los estudios etnológicos del siglo XX reafirmaron esta relación entre lenguaje y hombre, mediante la confirmación empírica de la relación que existe entre el lenguaje y la cultura o sociedad; la llamada hipótesis de Sapir-Whorf estableció que el mundo real de cada uno está modelado, siempre, de forma inconsciente por los hábitos lingüísticos del grupo a que pertenece, esto es, que el lenguaje configura nuestra experiencia del mundo.
De manera que el lenguaje se convirtió, en las primeras décadas del siglo XX, en uno de los temas fundamentales de estudio de la filosofía, al atribuírsele la capacidad configuradora de lo que es el ser humano o al considerarlo como la forma en que se expresa el conocimiento.
En resumen, la filosofía del lenguaje toma en consideración tres realidades básicas fundamentales: los hablantes, el lenguaje y el mundo. Su objetivo final es clarificar las relaciones que entre ellos se establecen.