Falso amigo
Al aprender un nuevo idioma, o al leer o escuchar un idioma que no dominamos, muchas veces la apariencia familiar de una palabra o expresión nos confunde, y creemos comprenderla dado que su escritura y pronunciación resulta similar a otra de nuestro idioma materno. Sin embargo, dicha palabra o expresión, aun siendo parecida superficialmente, no comparte el significado que en nuestra confianza le habíamos otorgado, y en lugar de ayudarnos a la comprensión del texto o discurso, lo que hace es aumentar nuestra confusión.
A este tipo de expresiones se las conoce como falsos amigos. El término no es original del español, pero su tracción ha sido «fácil» habida cuenta que nació del francés «faux-ami», usado por primera vez por Koessler y Derocquiny en su obra «Les faux-amis ou les trahisons du vocabulaire anglais» (o, en nuestro idioma, «Los falsos amigos o las traiciones del vocabulario inglés»), publicada en 1928. El término también se usa en inglés («false friend») y en italiano («falso amico»).
El fenómeno del falso amigo puede darse entre cualquier grupo de idiomas, y es especialmente peligroso en lenguas que comparten un origen similar (y por tanto numerosas raíces, vocabulario y expresiones). Un ejemplo es la palabra portuguesa «embaraçado», que un español asimilaría rápidamente como «embarazado» pero que, en realidad, se ha de traducir como «avergonzado».
Dada la popularidad del inglés como lengua extranjera en las escuelas y universidades del mundo hispanohablante, las falsos amigos son entre nosotros más conocidos como «false friends», en el proceso de aprendizaje de dicho idioma. Algunos falsos amigos del inglés son «exit», que no significa éxito sino salida; «grocery», que no significa grosería sino mercancía; «success», que no significa suceso sino, ahora sí, éxito; «sensible», que no significa sensible sino inteligente; «actually», que no significa actualmente sino realmente; o «concrete», que no es concreto, sino cemento.
En muchos casos la existencia de estos falsos amigos se debe a que, bajo una etimología común, cada palabra ha derivado a significados –a veces– muy diferentes.
Dado que es prácticamente inevitable no caer en la facilidad de asimilar palabras que se parecen a otras que ya conocemos, sobre todo en el ambiente de inseguridad propio del no dominar una lengua extranjera, en los procesos de enseñanza de idiomas los profesores suelen entregar a sus alumnos largas listas de falsos amigos para que éstos las memoricen. A veces, estas listas van unidas a ejemplos divertidos derivados de su mal uso, que ayudan y facilitan su memorización (realmente, no hay regla ni consejo que nos permita identificar falsos amigos).