Paso del español medieval al español moderno
En el artículo de hoy vamos a revisar cómo se produjo el paso del español medieval al español moderno.
Del siglo XV al siglo XVII se produce un reajuste en nuestro idioma. Diversos factores como cuestiones geográficas y sociales contribuyen a ello. Antes de la segunda mitad de siglo XVI la norma imperante era la establecida en Toledo, a partir de esa fecha esta cede ante la existente en Madrid, que es la se seguirá en los próximos siglos.
Pero, no debemos olvidar que por aquellas épocas Sevilla cobró especial por sus relaciones con América y se fraguó una norma diferente que ofrece una solución distinta al tema de las sibilantes.
Veamos que ocurrió en el español de aquella época:
1./b/ “b” – /b/ “v”, “u”: En posición inicial, era difícil diferenciar los rasgos oclusivos y fricativos y se dan /b/ y /b/ según el contexto. A partir de la segunda mitad del XV la confusión se pasa a posición intervocálica y finalmente a /b/.
El sistema se reajusta y se extiende a la /d/ y a la /g/.
Ante esta confusión fonética vacilan las grafías y podemos ver escrito “saber” y “saver”.
2.F- > h- > 0: Este es un proceso que se extiende de norte a sur, produciéndose primero en el norte y bajando posteriormente hacia el sur. En Castilla la Vieja a fines del siglo XV, la “h” ya no se aspiraba y a fines del XVI Santa Teresa de Jesús ya no escribe “h” porque la grafía era fonológica. Son los impresores los que pondrán algo de orden, aunque hasta la dinastía de los Borbones, en el siglo XVIII, no habrá una unidad definitiva.
3.Las sibilantes: Aquellos fonemas fricativos o africados articulados con los dientes, alveolos y paladar, en español medieval eran:
/s/ “c, ç” /z/ “z”
/s/ “ss” /z/ “s”
/s/ “x” /z/ “j, y”
Posteriormente, se produjeron algunos cambios:
– “s” y “z” se debilitaron y se hicieron fricativas. Este es un fenómeno general a las lenguas romances occidentales y es un ahorro de energía. Aproximadamente se produjo en el siglo XV, aunque no se sabe exactamente porque las grafías no cambiaron.
– Los tres fonemas sonoros perdieron la sonoridad confluyendo con los sordos. La neutralización sordo/sonoro ya existía en posición implosiva. Probablemente la ausencia de sonoras era un rasgo de las variedades norteñas del castellano, variedades que llegan a la nueva capital, Madrid, en 1560. La confusión sorda/sonora se extiende al sur y se convierte en norma, mientras Toledo sigue conservando fonemas sonoros del sistema antiguo. El sistema de sibilantes se redujo a tres fonemas.
-Los tres fonemas restantes sólo se diferenciaban por su punto de articulación y a finales del siglo XVI había muchas palabras que sólo se distinguían por esa razón. La comprensión de “caça”, “casa” y “caxa” dependía de la correcta pronunciación de las sibilantes. La posible confusión se evitó desplazando la articulación de algunos fonemas, es decir, exagerando su articulación para hacer más perceptible la diferencia. Desde finales del XVI y a lo largo del XVII se hicieron normales estos cambios, aunque a principios del XVII sabemos que, por lo menos en el habla culta, la /s/ seguía existiendo.