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El complemento circunstancial

Publicado por Pablo

ccircunstancial.jpgEl predicado de cualquier oración se compone de dos elementos básicos. El primero es el núcleo verbal, verdadero fundamento del mismo y único elemento que no puede faltar. El segundo es el complemento, que en realidad no tiene por qué ser sólo uno sino que pueden ser “los complementos”, añadiéndose uno tras otro tantas veces sean necesarios, aunque es infrecuente encontrar más de tres que funcionen como complementos de un mismo verbo.

Estos complementos verbales pueden ser de distinto tipo, aunque los más comunes son los directos, los indirectos y los circunstanciales. De estos últimos vamos a hablar en este artículo.

Dichas estas palabras introductorias, podemos pasar a esbozar una definición. Por complemento circunstancial se entiende la función sintáctica que desempeña una palabra o un grupo de palabras (que pueden ser un adverbio o sintagma adverbial, así como un sintagma nominal o un sintagma preposicional) que añadan al conocimiento del receptor alguna información referente al tiempo, al lugar o al modo en que ocurre o se desempeña la acción verbal. También pueden referirse estos complementos la cantidad, la frecuencia, la causa, la posibilidad, la afirmación o la negación de la mencionada acción verbal, aunque algunos gramáticos tienden a hacer agrupaciones de circunstanciales menos extensas, creando luego subgrupos y subdivisiones.

En cualquier caso, unos ejemplos irán mejor para comprenderlos:

Juan llegó a las cinco y media

El incidente sucedió frente al edificio nuevo

Mi padre escucha música clásica con mucha frecuencia

Tranquilo, puedo hacerlo con mis propias manos

El primer ejemplo resultaría un complemento circunstancial de tiempo (¿a qué hora llegó Juan?); el segundo de lugar (¿dónde sucedió el incidente?) el tercero de modo (¿cuándo escucha mi padre música clásica?), al igual que el cuarto (¿cómo puedo hacerlo?).

Como se habrá observado, una manera sumamente fácil de averiguar qué tipo de complemento circunstancial estamos tratando es tan simple como hacerle al verbo una pregunta que empiece por ¿dónde? ¿cuándo? ¿cómo? ¿cuánto? etcétera. La que tenga más sentido nos dará la respuesta.

El caso más habitual es que un complemento circunstancial venga iniciado por una preposición, o lo que es lo mismo, sea en sí mismo un sintagma preposicional (como en “Juan llegó a las cinco y media”). Pero otras veces puede ser un adverbio el que lo haga (como si dijéramos “mi padre viene a verme frecuentemente”), o incluso un sintagma nominal sin preposición alguna (como en el caso de “si quieres, volveré a visitarte el martes”).

Otras posibilidades son sumamente infrecuentes.