Complemento sintáctico
En gramática, y especialmente dentro del análisis sintáctico de oraciones, un complemento sintáctico es un constituyente sintáctico -un sintagma- que completa, precisa, aclara, extiende o incrementa el significado del núcleo de otro constituyente. Aunque en la educación básica se denomine complemento a cualquier tipo de constituyente que cumpla la definición anterior, en puridad será complemento únicamente cuando el núcleo al cual «completa, precisa, etc.» lo requiera de forma obligatoria. De otra forma, cuando la presencia del constituyente complementario sea opcional -esto es, no requerida gramaticalmente-, será preferible no llamarlo complemento, sino, mejor, adjunto.
En cualquier caso, los complementos o adjuntos son siempre sintagmas menores de importancia secundaria, que acompañan a un núcleo -normalmente el núcleo del sujeto o el núcleo del predicado, aunque también pueden complementar a un núcleo que sea a su vez complemento de otro-. El hecho de que haya obligatoriedad, de forma que sea complemento o adjunto, no tiene importancia sintáctica, ya que la función desempeñada en la oración es la misma, pero sí guarda importancia con la tipología morfológica de la palabra complementada. Por ejemplo, los verbos transitivos han de ir siempre acompañados de un complemento llamado «objeto directo» o «complemento directo»; los verbos intransitivos, por otra parte, no admiten complementos dentro de su sintagma verbal. De la misma forma, los sintagmas adverbiales, muchas veces ejecutores de una función de complementariedad circunstancial, son siempre adjuntos sintácticos del verbo, pues son opcionales. De otro punto de vista, si tenemos un sintagma determinante encabezado por un determinante artículo, el sustantivo que lo siga será siempre un complemento sintáctico, obligatorio.
Hay que destacar que esta diferenciación entre complemento y adjunto es puramente tipológica. Una vez en la oración, la función la marcará la naturaleza sintáctica del constituyente.
Los tipos de complementos se dividen, así, en dos: los que aparecen en el sujeto o sintagma nominal y los que aparecen en predicado o sintagma verbal. De entre los primeros podemos citar el predeterminante, el determinante, la aposición, el adyacente y el complemento del nombre (CN). Los segundos, los verbales, son más: el atributo, el complemento directo, el complemento indirecto, el complemento circunstancial, el complemento predicativo, el complemento argumental, el complemento de régimen y el complemento agente.
Por último, el hecho de que hayamos dividido los complementos entre nominales y verbales no es ápice para que, por ejemplo, un adjetivo, un adverbio o una interjección puedan tener sus propios complementos específicos.