La aposición
La aposición es una construcción gramatical que incluye dos elementos gramaticales que van unidos; generalmente el segundo especificando el primero.
La aposición actúa en la oración a la manera de un complemento, y puede aparecer adjunta a un sustantivo, a un pronombre y a un verbo. Aunque de forma común la aposición es complemento del nombre, también puede serlo de otros elementos gramaticales tales como el adjetivo o el adverbio.
Recurrimos a ella cuando queremos explicar o especificar un concepto que hemos expresado mediante un sustantivo, y lo ponemos a continuación del mismo, de manera consecutiva.
La aposición más común, de cualquier modo, es la explicativa. Actúa generalmente como complemento del nombre y contiene una información adicional que «explica» éste, al modo de una aclaración. Si aparece en el interior de una frase, debe ir entre comas, como vemos en los siguientes ejemplos:
La ciudad Madrid, capital de España, optará a los Juegos Olímpicos de 2016
Mi tío, el de Córdoba, vendrá a vernos en Navidad
Barack Obama, Presidente de los Estados Unidos, acudirá a la reunión
La aposición especificativa, por otra parte, es también un complemento del nombre, si bien no aclara ni añade información sino que especifica el sustantivo, diferenciándolo de otros y evitando la confusión. Por ejemplo:
El Rey Juan Carlos II dará su discurso de Navidad
La Avenida de la Paz estará muy concurrida estos días
Nuestro tío Joaquín vendrá a vernos pronto
El río Guadalquivir es enorme a su paso por Sevilla
Al contrario que la aposición explicativa, la especificativa no va entre comas sino que acompaña al nombre a modo de sintagma nominal. Y si bien la primera añade una información prescindible (ya sabemos que Madrid es «la capital de España» y que Barack Obama es el «Presidente de los Estados Unidos»; la información sólo hace énfasis en ello), la segunda -la especificativa- es crucial para la comunicación (no sabremos de qué Rey, avenida, tío o río estamos hablando si no se especifica mediante la aposición).
En cualquier caso, la aposición misma no tiene que ser un sustantivo, como hemos visto, sino que puede ser un sintagma nominal o preposicional de cualquier naturaleza y longitud, como en («Juan, nuestro amigo de la sierra«).
Como decíamos al comienzo, también puede haber aposiciones al pronombre y al verbo, pero estas son mucho menos comunes, sobre todo en español. Por ejemplo:
El aspirante al título, Roger, esperaba su turno para saltar a la pista