Qué
Hoy, en La Guía 2000, no encargamos de exponer la teoría existente de la palabra «qué». En primer lugar, hemos de señalar que no hay posibilidad de confundirla con la conjunción o el pronombre relativo “que”; ya que, estos últimos nunca llevan tilde.
A continuación, vamos a mostrar los distintos valores que tiene el “qué”:
1. Podemos encontrarlo introduciendo enunciados cuya modalidad oracional es la exclamación o la interrogación, es decir, sirve para realizar preguntas o exclamaciones directas o indirectas a través de subordinadas. En este caso esta palabra será un pronombre interrogativo o exclamativo.
Ejemplos:
– Interrogativa directa: ¿Qué le has dicho al niño para que esté así?
– Exclamativa directa: ¡Qué me vas a decir a mí!
– Interrogativa indirecta a través de una subordinada: Alberto no me ha dicho qué quiere para cenar.
– Exclamativa indirecta a través de una subordinada: Nada más verlo dijo: ¡qué grande es!
Este pronombre puede formar él solo un enunciado.
Ejemplo: —¿Te digo algo? —¿Qué?
Muchas veces, en estas ocasiones, coloquialmente se añade el artículo “el” al pronombre “qué”.
Ejemplo: —¿No te lo ha contado Clara? —¿El qué?
Resulta incorrecta esta misma estructura empleando el artículo neutro “lo”.
Ejemplo: —¿No te lo ha contado Clara? —*¿Lo qué?
2. Si encontramos la palabra “qué” delante de un sustantivo, se tratará de un determinante interrogativo o exclamativo.
Ejemplos:
– Determinante interrogativo: ¿Qué país te gusta más?
– Determinante exclamativo: ¡Qué película más bonita!
3. Delante de adjetivos o adverbios, la palabra “qué” puede funcionar como adverbio interrogativo o exclamativo.
Ejemplos:
Adverbio interrogativo: ¿Qué más te da lo que él piense de ti?
Adverbio exclamativo: ¡Qué mal hiciste la tarta de chocolate!
4. También, del mismo modo que lo hacen los demás interrogativos, la palabra “qué” puede sustantivarse, es decir, funcionar como un sustantivo.
Ejemplos:
Aquí lo importante es el qué y no el porqué.
Ella siempre ha sido así, nunca le ha importado el qué dirán.
Esa chica tiene un no sé qué que me vuelve loco.
5. Además, este “qué” aparece en muchas fórmulas y locuciones:
– A santo de qué, que significa “por qué”.
Ejemplo: A santo de qué me ha soltado esa burrada ahora.
– No hay de qué, que significa “de nada”.
Ejemplo: —¡Gracias por venir a ayudarnos! —¡No hay de qué!
– Qué hay, que expresa saludo.
Ejemplo: Qué hay de nuevo, viejo.
– Que para qué, expresión que pondera lo dicho anteriormente.
Ejemplo: Este niño tiene un genio que para qué.
– Qué se yo (qué), que atenúa, ejemplifica o remata lo dicho.
Ejemplo: Habría comido algo en mal estado o bebido demasiado, qué se yo.
– Qué tal, que significa “cómo”.
Ejemplo: ¿Qué tal has pasado la noche?
– Qué tan(to), que equivale a “cuán(to)” o a “cómo de”.
Ejemplos:
¿Qué tanto aumentará la población del país este año?
¿Qué tan inteligente es su rival?
– Qué va, que expresa negación.
Ejemplo: —¿Estás cansado de estar aquí? —¡Qué va! Lo estoy pasando fenomenal.
– Sin qué ni para qué, que significa “sin causa o motivo”.
Ejemplo: Estoy aquí sin qué ni para qué.
– Y (a mí o eso) qué, que muestra desprecio o desinterés.
Ejemplo: —Laura aún no ha contestado al mensaje. —Y a mí qué.