El uso de la H muda
Existe un constante debate sobre si la «hache» muda debe seguir en nuestra lengua o no.
La h muda permanece porque tiene un valor etimológico. Sus defensores dicen que por esto es esencial que no se la elimine, y sus detractores precisamente argumentan que por ello debe suprimirse.
En esta nota se habla más de ello, y de la propuesta de García Márquez de simplificar el idioma, junto con otros testimonios.
Sin embargo, como por el momento al menos la h muda no se jubiló, hoy nos dedicaremos a aprender cuándo debemos utilizarla.
H inicial:
– Cuando las palabras comienzan con diptongo y la primer vocal es “u” ó “i”, es decir, “ue”, “ui”, “ia”, “ie”. Ejemplos: huevo, huída, hiato, hielo.
– Derivados y compuestos de palabras que llevan “h”. Ejemplos: deshacer, ahijado.
– Cuando las palabras llevaban “h” en su origen latino. Ejemplos: humano (humanus), humilde (de humilis), hombre (de homo). Hay excepciones como España, que debería llevar “h” (Hispania).
– Cuando en su origen latino llevaron “f”. Ejemplos: hermoso (fermoso), hierro (ferrum).
– Cuando la palabra comienza con “um”, y luego una vocal. Ejemplos: humo, húmedo, humor.
– Cuando la palabra comienza con «iper», «ipo», «idr», «igr», «emi», «osp». Ejemplos: hidrocarburo, hipocampo, hipertexto.
– Cuando la palabra comienza con «hetero» (distinto), «homo» (igual), «helio» (sol), «hecto» (cien), «hepta» (siete), «hexa» (seis). Ejemplos: hexagonal, heterosexual, heliocéntrico.
– Cuando la palabra comienza con “erm”, “orm”, “ist”, “olg”. Ejemplos: hermandad, hormiga, historia. Hay excepciones, como por ejemplo ermitaño.
– Cuando la palabra es una forma verbal que en su forma infinitiva lleva “h”. Ejemplos: había (haber), hablando (hablar).
H intermedia:
– Llevan h intermedia las palabras que tienen tres vocales seguidas, donde la segunda es “u” y forma con la tercera diptongo. Ejemplos: ahuecar, rehuir.
– Cuando entre dos sílabas contiguas de una palabra, la primera termina con consonante y la segunda empieza con vocal. Ejemplos: anhelo, inherente. Una excepción a este caso, es que la primera sílaba sea un prefijo y la palabra a la que se le añade no lleve h. “Inadecuado” es un ejemplo.