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Cómo redactar una carta de petición

Publicado por Pablo

cartas-de-peticion.jpgUna carta de petición se redacta cuando una persona o una entidad requieren de la satisfacción de una necesidad por parte de otra persona u otra entidad. En otras palabras, en una carta de petición, el remitente hace una petición o solicitud al remitido, pidiéndole la satisfacción de algún tipo de necesidad, normalmente de naturaleza material.

Las cartas de petición pueden darse en multitud de contextos. Por ejemplo, una empresa puede solicitarla a otra que le remita un catálogo detallado con los precios de sus servicios. Un particular puede solicitar a una empresa que le envíe un catálogo actualizado de sus productos. Incluso una persona puede solicitarle a otra, siempre dentro de un contexto profesional, que le haga un favor. A veces, las cartas de petición son meramente dudas surgidas a tenor de la revisión de algún producto o servicio. Por ejemplo, el encargado de ventas de una empresa determinada está revisando unos catálogos que le han enviado unos proveedores, y le surja una duda sobre los plazos de entrega o la disponibilidad de los artículos. Para resolverla, redacta una carta de petición a su proveedor, solicitándole que le resuelva esas dudas.

Visto lo anterior, es fácil deducir que la principal cualidad que ha de tener toda carta de petición bien redactada será la educación y el respeto. El remitente nunca debe perder de vista la realidad: es él quien está pidiendo algo. Aunque la satisfacción de ese requerimiento entre dentro de la lógica profesional, comercial o de las buenas maneras, no deja de ser un favor, una respuesta a una petición particular, y por lo tanto el tono de la carta ha de ser exquisito y formal. Siguiendo el ejemplo que pusimos anteriormente, es obvio que el responsable de la empresa proveedora tendrá cierto interés en enviar una respuesta pronta y adecuada a su requeridor. Sin embargo, aun así, la carta ha de pedir, nunca exigir.

La petición, por otra parte, no debe de ser servil, ni adoptar una posición de inferioridad. Solicitar un favor o una aclaración es, seguramente, parte de nuestro derecho, si bien al requerir la atención personalizada de otra persona es de buena educación ser respetuoso y usar las fórmulas de la cortesía. El remitente nunca ha de mostrarse exigente y hará bien en mostrase agradecido, de antemano, ante la posibilidad de que el remitido responda favorablemente a su solicitud.

Teniendo estas normas en cuenta, es muy posible que logremos un doble objetivo: por un lado que respondan favorablemente a nuestro solicitud; por otro, generar una buena imagen.