Ejercicios: el sustantivo y el adjetivo
En este artículo te proponemos un texto en el que tendrás que localizar los sustantivos y adjetivos que contenga. En la corrección, los sustantivos aparecerán en negrita y los adjetivos entrecomillados. ¡Comencemos!
Texto:
“La adolescencia, como ya hemos dicho, es una época de grandes cambios físicos, psíquicos y socio-emocionales. El adolescente ha de adaptarse a estos cambios y crear una identidad propia, lo que produce una propensión a la inestabilidad emocional. Nos encontramos entonces con un adolescente que experimenta continuos cambios de humor y de estado de ánimo, que magnifica todos los problemas y que otorga una gran relevancia a la opinión que su entorno tiene sobre él.
No existe una fórmula mágica que solucione este estado en el que se encuentra el adolescente y muchos de ellos tendrán que pasar por esta etapa como parte de su desarrollo madurativo, pero sí que podemos ayudarle a digerir estos cambios haciéndole sentir apoyado, comprendido, querido y valorado e intentando mostrarle la importancia justa que tiene cada uno de los problemas a los que se enfrenta.
Los adolescentes luchan por tener una mayor independencia ya que están formando su propia identidad, pero a pesar de ello necesitan el arropo de sus mayores. Para ayudar a estos adolescentes debemos brindarles cierta libertad para que puedan adquirir una mayor confianza y aprendan a valerse por sí mismos, pero siempre bajo nuestra supervisión, estableciendo unos límites claros que han de cumplir, haciéndoles sentir nuestro apoyo, ofreciéndoles opciones razonables para que puedan elegir, comunicándonos con ellos a través de mensajes claros y coherentes y evitando el castigo y la disciplina injusta que provocan rebelión y hostilidad en el adolescente llegando a influir negativamente en su autoestima.
A medida que el adolescente va madurando podemos ir concediéndole progresivamente mayores privilegios en cuanto a su independencia y autonomía.”
Solución:
“La adolescencia, como ya hemos dicho, es una época de “grandes” cambios “físicos”, “psíquicos” y “socio-emocionales”. El adolescente ha de adaptarse a estos cambios y crear una identidad “propia”, lo que produce una propensión a la inestabilidad “emocional”. Nos encontramos entonces con un adolescente que experimenta “continuos” cambios de humor y de estado de ánimo, que magnifica todos los problemas y que otorga una gran relevancia a la opinión que su entorno tiene sobre él.
No existe una fórmula “mágica” que solucione este estado en el que se encuentra el adolescente y muchos de ellos tendrán que pasar por esta etapa como parte de su desarrollo “madurativo”, pero sí que podemos ayudarle a digerir estos cambios haciéndole sentir “apoyado”, “comprendido”, “querido” y “valorado” e intentando mostrarle la importancia “justa” que tiene cada uno de los problemas a los que se enfrenta.
Los adolescentes luchan por tener una “mayor” independencia ya que están formando su “propia” identidad, pero a pesar de ello necesitan el arropo de sus mayores. Para ayudar a estos adolescentes debemos brindarles “cierta” libertad para que puedan adquirir una “mayor” confianza y aprendan a valerse por sí mismos, pero siempre bajo nuestra supervisión, estableciendo unos límites “claros” que han de cumplir, haciéndoles sentir nuestro apoyo, ofreciéndoles opciones “razonables” para que puedan elegir, comunicándonos con ellos a través de mensajes “claros” y “coherentes” y evitando el castigo y la disciplina “injusta” que provocan rebelión y hostilidad en el adolescente llegando a influir negativamente en su autoestima.
A medida que el adolescente va madurando podemos ir concediéndole progresivamente “mayores” privilegios en cuanto a su independencia y autonomía.”