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El núcleo del sintagma verbal: el verbo.

Publicado por Aroa Plaza

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Como ya hemos revelado en otras ocasiones el concepto de sintagma no se halla muy bien definido por haber desacuerdos entre los gramáticos de distintas corrientes. Nosotros aquí entenderemos sintagma aquella parte de la oración que posee una unidad sintáctica, esto es, que realiza una función sintáctica. El sintagma verbal es uno de los sintagmas existentes, este sintagma realiza siempre la función de predicado de la oración, y como todo sintagma posee una palabra central que funciona como núcleo, en esta ocasión, evidentemente es el verbo. El verbo puede aparecer solo conformando por sí mismo el sintagma verbal/ predicado (Ana canta) o acompañado de complementos (Ana canta muy bien).

Como ya hemos dicho, el núcleo del sintagma verbal es el verbo, palabra que ha sido clasificada de diferentes formas según el criterio elegido para ello. Veamos:

1. Teniendo en cuenta el origen, el verbo puede dividirse en verbos primitivos, es decir, aquellos que no son el resultado de procesos como la derivación o la composición, o derivados o compuestos, aquellos que sí han sido formados mediante esos procedimientos.

2. Atendiendo a la función, podemos clasificar al verbo en verbos copulativos; semicopulativos y verbos predicativos, que, a su vez, pueden ser transitivos o intransitivo, o auxiliares de voz activa, e voz pasiva o de perífrasis.

3. Según el modo de acción, los verbos se separan en verbos perfectivos o imperfectivos, incoativos o reiterativos e impersonales.

4. Por su construcción, tenemos verbos regulares que siguen el paradigma de los verbos modelo de cada conjugación o irregulares, aquellos que no lo siguen.

Desde el punto de vista morfológico, el verbo está compuesto por un lexema (raíz + vocal temática) y varios morfemas constitutivos (desinencias que indican el tiempo, el aspecto, el modo, la persona y el número). Un solo morfema puede manifestar distintas informaciones. Así, por ejemplo, en cant-a-ba-n, el morfema -ba- denota tiempo pasado, aspecto imperfectivo y modo indicativo, además de precisar su pertenencia a la primera conjugación. De idéntico modo, el morfema -n expresa plural y tercera persona.

Los morfemas de número y persona son comunes a otros tipos de palabras, mientras que los relativos al tiempo, al aspecto y al modo son exclusivos del verbo. El tiempo expresado por el verbo puede ser presente, pasado o futuro siempre teniendo como punto de referencia el momento en el que se emite el enunciado; el aspecto puede ser perfecto, si la acción verbal ha concluido, o imperfecto si la acción es inacabada; y el modo, puede responder a tres variantes: indicativo, subjuntivo o imperativo.

Según la regularidad con la que aparecen estos morfemas flexivos, los verbos se reparten en tres grupos: los verbos de la primera conjugación, aquellos cuyo infinitivo termina en -ar (amar); los verbos de la segunda conjugación, en los que el infinitivo termina en -er (miedo); y los de la tercera conjugación, que terminan en -ir (partir).

Existen verbos irregulares, es decir, verbos que muestran cambios respecto a la conjugación regular. Estos cambios pueden ser de carácter vocálico, consonántico o mixto y pueden aparecer tanto en el lexema, como en la vocal temática, como en las desinencias flexivas.