Roman Jakobson
Roman Jakobson fue un filólogo norteamericano -aunque nacido en Moscú- considerado el fundador de la lingüística y de la fonología -estudio de los fonemas- estructurales. Tras estudiar en la universidad de Moscú, marcha a Checoslovaquia, donde desempeña el cargo profesor en Praga y en Brno hasta 1939, habiendo colaborado en 1926, junto con N. Troubetskoy y S. Karcevsky, en la fundación del Círculo Lingüístico de Praga y, en 1928, con ocasión del Primer Congreso de Lingüística General, de La Haya, en la redacción, junto con los demás miembros del Círculo, de las Tesis para el Congreso de filólogos eslavos (1929), en las que se afirma la idea de una lingüística estructural. Tras la invasión nazi, marcha a Noruega y a Suecia, y emigra finalmente en 1941 a los Estados Unidos, donde enseña en Nueva York, Harvard y Massachusetts.
Jakobson ha desarrollado su genial actividad en campos realmente muy diversos, como la fonología, los problemas de adquisición y trastornos del lenguaje, y la poética. En fonología, se opone a la prioridad concedida por Saussure al estudio sincrónico y entiende que la lengua constituye un sistema dinámico, cuyos cambios hay que explicar atendiendo a su finalidad, que es, generalmente, una mayor estabilidad del propio sistema. Se declara como firme partidario del binarismo, es decir, la reducción del sistema de rasgos pertinentes a oposiciones binarias, de las que llega a establecer hasta doce.
Además de su contribución a la fonología, Jakobson también hizo importantes aportaciones a la semántica y la pragmática, áreas de la lingüística que se ocupan del significado y del uso de las palabras y las oraciones en el contexto de la comunicación. En sus estudios sobre semántica, Jakobson se centró en la relación entre el significado y la estructura de las palabras y las oraciones, y propuso que el significado de una palabra o una oración se puede entender mejor si se considera su estructura y su relación con otras palabras y oraciones en el mismo contexto.
En sus estudios sobre la adquisición del lenguaje, establece una comparación entre los procesos de adquisición y los fenómenos de destrucción o deterioro (afasias), afirmando que, en cierto modo, éstos no son sino la reproducción “al revés” de aquéllos: son las oposiciones adquiridas al empezar el aprendizaje y que se borrarán más tarde.
Fundador, como hemos dicho, del Círculo Lingüístico de Moscú y una de las principales figuras del formalismo ruso, sus estudios sobre crítica literaria parten de la concepción de que la poética es parte integrante de la lingüística. Entiende el proceso literario como un sistema en el que cada componente tiene una cierta “función constructiva” que realizar. Se trata de un concepto próximo al de estructura estética, que será decisivo en la versión checa de la doctrina formalista: la obra literaria es una estructura compleja, integrada por la unidad del objetivo estético.
Una de las grandes aportaciones concretas de Jakobson fue la teoría de la información, constituida en 1948. Esta teoría se articula en torno a los bien conocidos “factores de la comunicación”, esto es: emisor, receptor, referente, canal, mensaje y código. De ellos, Jakobson logró deducir la existencia de seis “funciones del lenguaje”: que son la expresiva, la apelativa, la representativa, la fática, la poética y la metalingüística. El modelo de Karl Bühler se veía así completado y finalizado.
Además de sus contribuciones a la lingüística, Jakobson también tuvo un impacto significativo en otros campos, como la antropología, la psicología y la literatura. Su enfoque interdisciplinario y su énfasis en la importancia de la estructura en el estudio del lenguaje han influenciado a generaciones de académicos y han ayudado a establecer la lingüística como una disciplina académica en su propio derecho. Su legado perdura hasta el día de hoy, y su trabajo sigue siendo una referencia esencial en el estudio del lenguaje y la comunicación.