El Clan del Oso Cavernario de Jean M. Auel
La autora estadounidense Jean M. Auel publicó en 1980 el primero de sus libros de la que quizás sea la saga prehistórica más famosa denominada Los Hijos de la Tierra. Ese primer libro fue El Clan del Oso Cavernario , al que luego seguirían: El Valle de los Caballos, Los Cazadores de Mamuts, Las Llanuras del Tránsito, Los Refugios de Piedra y La Tierra de las Cuevas Pintadas.
En ellos nos relata parte de la evolución del ser humano hace milenios, y lo hace con una gran protagonista: Ayla, la cual todavía es una niña en el primer libro de la saga.
Ayla es una niña Cromagnon, que ha quedado huérfana tras un terremoto. Pero para su fortuna va a ser acogida por un grupo de hombres de Neanderthal, los cuales tienen unas costumbres distintas a ella, pero precisamente por ello el relato se va a enriquecer. Por la fusión de ambas especies. Es decir, de alguna manera la autora aprovecha los datos sobre el origen y la evolución del hombre, para crear una historia ficticia y hablarnos de sus modos de vida, creencias, comportamientos, etc.
De este modo descubrimos que entre los distintos tipos de homínidos de la Prehistoria había diferencias, incluso físicas. Además de que su desarrollo intelectual y emocional también era diferente. Todo eso nos lo cuenta en un formato novela, aunque queda claro el largo y profundo trabajo de documentación que durante muchos años llevó a cabo la autora.
Una documentación que incluyó viajes a los mejores museos de Europa en la materia para descubrir las herramientas e instrumental de aquella época. Así como también viajó a las cuevas que guardan los mejores ejemplos de pintura rupestres, entre ellos a la Cueva de Altamira, situada en el norte de España.
Unas visitas a cuevas que según ella misma, fueron decisivas para la conformación de la saga, no solo desde un punto de vista documental, sino también por su capacidad evocadora.
Y es que no se trata de un manual de historia, es una novela. Una novela que nos atrapa por su ritmo frenético para las aventuras que nos relata, y también por las suculentas descripciones que nos hace de las maneras de actuar de unos seres que son los comienzos mismos de la humanidad. Eso hay que tenerlo presente todo el tiempo durante la lectura del libro, ya que subyace un posible mensaje en la obra. Y es que pese a que se juntaron seres de diferentes rasgos y costumbres, fueron capaces de entenderse, respetarse y quererse, para avanzar juntos en esa evolución. ¡Una idea sobre la que siempre conviene reflexionar!