Cecilia Böhl de Faber
Hoy en La Guía 2000 estudiamos la figura y obra de la escritora de novelas del siglo XIX Cecilia Böhl de Faber, quien rubricaba siempre sus obras con el pseudónimo de Fernán Caballero. Esta mujer educada en Alemania hasta los dieciocho años, se traslada a España en 1814, concretamente al Puerto de Santa María en la provincia de Cádiz, con sus padres, Juan Nicolás Böhl de Faber y Francisca de Larrea. Contrajo matrimonio en tres ocasiones, enviudando otras tantas veces, se instaló en Sevilla durante un tiempo prologando y realizó numerosos viajes.
En sus inicios, Cecilia Böhl de Faber escribe un tipo de novela costumbrista de corte romántico y evolucionará, posteriormente, hacia una novela de tono más realista que puede ser considerada como prerrealista, que, aunque esté llena de tipos y escenas, vas más allá del Romanticismo de sus primeras composiciones. A lo largo del siglo XIX su obra obtuvo un notable éxito, tanto en España como a nivel europeo, debido en parte a los contactos que su padre poseía en el extranjero y al gusto existente en Alemania por los tópico españoles; pero, hoy en día, su enorme intención moralizadora le ha restado algo de valor literario.
Fue una mujer católica, de carácter conservador y tradicional que luchó contra la ideología liberal. Asimismo, se convirtió en defensora de la vida campestre y entendió la confrontación existente entre lo tradicional y el positivismo como un reflejo de la dualidad campo-ciudad. Este carácter puritano, no fue, sin embargo, un obstáculo para tratar todo tipo de temas como por ejemplo el adulterio, que podemos ver en algunas obras de la autora como La Gaviota y La familia de Alvareda, aunque lo hace eludiendo los detalles de tipo morboso y mostrando una enseñanza de tipo moralizante. Estas dos novelas que acabamos de citar son sus obras más conocidas. La primera en publicarse fue La Gaviota en el año 1849, que aunque no fue lo primero que escribió, sí fue el texto que la presentó ante el gran público. En ella se cuenta una historia de amor donde el adulterio y la traición reciben grandes castigos. Muestra aquí, la escritora esa oposición entre el campo y la ciudad de la que hablábamos antes con una intención altamente moralizante. Quizás lo más destacable de la obra sea la descripción de los ambientes y la realidad de la España de la época. En La familia Alvareda, también de 1849, observamos una serie de sucesos trágicos con tintes románticos como por ejemplo muertes tremendamente dramáticas o el personaje del bandolero.
Entre el costumbrismo romántico y realismo se sitúan, pues, las novelas de la autora conocida como Fernán Caballero. En ellas, los personajes no están caracterizados en profundidad y busca la minuciosidad en la descripción detallada de los ambientes y costumbres. En el lenguaje busca la naturalidad y pone en boca de los personajes expresiones de tipo coloquial cuando es conveniente. La clase media no se halla representada en las páginas de sus novelas, puesto que sus personajes representan dos opuestos: la clase baja y la aristocracia.
Otras obras pertenecientes a esta autora son Sola o Verdad y apariencia, Elia o La España treinta años ha, Clemencia, Lágrimas y Un verano en Bornos.