El culteranismo
En el artículo anterior dedicado al conceptismo (puedes consultarlo pinchado aquí), ya anunciamos que hoy estudiaremos el otro movimiento destacable de la época barroca en España: el culteranismo. Empecemos, pues:
Esta es una corriente que principalmente se dirige a una minoría intelectual, por lo que en su estilo buscará deliberadamente la dificultad. Hasta llegar a la cima del movimiento con la escritura de Luis de Góngora, el culteranismo irá ascendiendo poco a poco a través de la obra de algunos autores como Herrera o aquellos que conforman la escuela andaluza.
El culteranismo presenta dos aspectos diferenciados; por un lado, encontramos en los textos culteranos una labor profunda de trabajo y dedicación, y, por otro, constituye una memoria de lo intelectual de épocas pasadas. De modo que Góngora no será un inventor, sino más bien un recolector que reúne e intensifica el saber anterior.
Como ya apuntábamos antes, este movimiento está dirigido a un público culto y escogido, y, por lo tanto, la forma y su dificultad tendrán un papel muy importante. Así, los neologismos y cultismos se convierten en elementos esenciales del texto, la sintaxis se vuelve rebuscada y complicada con el uso del hipérbaton, se emplean elementos sensoriales relacionados con lo visual y lo sonoro y la metáfora será de uso casi obligatorio. Todo esto hace que el primer acercamiento a un texto de este tipo resulte una experiencia un tanto dificultosa.
Para llegar al estilo complejo del culteranismo, se recorrió todo un camino durante unos cincuenta años aproximadamente de complejidad manierista. El manierismo es una corriente en la que se emplean las formas y estructuras de la época renacentista junto al empleo virtuoso de la técnica que lo separa del lenguaje normal. A pesar de que en los temas sigan presentes los mitos de la Antigüedad y los contenidos petrarquistas, lo artificioso de la forma acabará por afectar al tema y el equilibrio y orden del Renacimiento dejará paso a la confuso y tumultuoso.
Aspectos característicos del culteranismo son también el uso dominante del verso, concretamente de los metros y estrofas procedentes de Italia; así como el empleo de elementos relacionados con la métrica como la bimembración, el paralelismo, la variedad acentual o la correlación.
La expresión literaria adquiere un carácter aristocrático con el uso de esos cultismos y neologismos latinos que ya mencionamos anteriormente. Se muestra una clara preferencia por las palabras esdrújulas como púrpura o émulo entre otras muchas, que pasaron a utilizarse en la lengua común y, por consiguiente, enriquecieron el lenguaje. Este uso será atacado por autores como Lope de Vega o Quevedo que defienden un idioma más tradicional.
En cuanto a la sintaxis, la complicación es total. Se emplean cláusulas absolutas, formas de carácter latinizante, sucesiones de complementos, gran cantidad de oraciones subordinadas plagadas de incisos. Además, el hipérbaton será llevado hasta límites inimaginables.
La metáfora se complicará del tal modo que en muchas ocasiones el elemento real será eliminando permaneciendo exclusivamente el metafórico. Y las metáforas de segundo gado serán también en muchas ocasiones protagonistas de estos textos.
Por último, señalaremos el empleo frecuente de los temas mitológicos que crean un mundo de belleza idealizada en las obras del culteranismo.