Ejercicios de ortografía (III)
En este artículo te presentamos un texto con faltas de ortografía, tú tendrás que reescribir el texto corrigiendo esas faltas. ¡Adelante!
Texto:
Era berano, el sol calentava la arena y el agua mojaba sus pies. Bárbara miraba al orizonte y pensaba en aquellas cosas que habia dejado de hacer en su vida. Ahora que su pelo se había convertido en las cenizas del tiempo se daba cuenta de nunca había sido quien queria ser y sentía una mezcla de sentimientos que ivan desde la melancolía hasta la ravia mas profunda. Ella no quería culpar a nadie, prefería pensar que eya misma, siendo dueña de su camino, no había sabido cumplir sus sueños. Sabia que lla no había remedio, que no podía volver hacía atras en el tiempo, pero lo que si podía acer era escribir la historia de la vida que ubiera deseado tener.
Bárbara volvio a casa, abrio un cuaderno hinmaculado y comenzo a escribir todo aquello que hubiera querido vivir. Ablaba de los paises que le hubiera gustado visitar, de la profesión que hubiera deseado egercer, de las personas que hubiera querido amar, etc. Trabajaba todos los días en su istoria, se daba prisa en vivir esta nueva vida de papel porque no quería dejar de disfrutar ni un momento y pronto yenó de azul la ultima pajina del cuaderno. En ese momento, Bárbara soltó bruscamente el boligrafo, se quedó mirando fijamente por la bentana y se dió cuenta de que la vida que había inventado no la habría hecho ni la mitad de feliz que todo aquello que había sentido en su piel y que, en realidad, si había sido quien quería ser.
Solución:
Era verano, el sol calentaba la arena y el agua mojaba sus pies. Bárbara miraba al horizonte y pensaba en aquellas cosas que había dejado de hacer en su vida. Ahora que su pelo se había convertido en las cenizas del tiempo se daba cuenta de nunca había sido quien quería ser y sentía una mezcla de sentimientos que iban desde la melancolía hasta la rabia más profunda. Ella no quería culpar a nadie, prefería pensar que ella misma, siendo dueña de su camino, no había sabido cumplir sus sueños. Sabía que ya no había remedio, que no podía volver hacia atrás en el tiempo, pero lo que sí podía hacer era escribir la historia de la vida que hubiera deseado tener.
Bárbara volvió a casa, abrió un cuaderno inmaculado y comenzó a escribir todo aquello que hubiera querido vivir. Hablaba de los países que le hubiera gustado visitar, de la profesión que hubiera deseado ejercer, de las personas que hubiera querido amar, etc. Trabajaba todos los días en su historia, se daba prisa en vivir esta nueva vida de papel porque no quería dejar de disfrutar ni un momento y pronto llenó de azul la última página del cuaderno. En ese momento, Bárbara soltó bruscamente el bolígrafo, se quedó mirando fijamente por la ventana y se dio cuenta de que la vida que había inventado no la habría hecho ni la mitad de feliz que todo aquello que había sentido en su piel y que, en realidad, sí había sido quien quería ser.