Ejercicios de ortografía (V)
En este artículo continuamos el ejercicio iniciado ayer. Recuerda que tendrás que colocar las tildes que le falten al texto y corregir aquellos errores ortográficos que encuentres. Además, podrás conocer el final de la historia que protagoniza Rafael. Si te perdiste el principio de este relato puedes leerlo pinchando aquí.
Texto:
[…]Hoy, no le llebaría nada de tiempo esta tarea, pues el día anterior al pasar por delante de un escaparate capto su atencion una corbata que parezía echa con el zumo de millones de granadas maduradas bajo la lud del un sol inusualmente intenso y briyante. Entro en aquella tienda que le era desconocida, pagó y se fué pensando en lo bien que le sentaría aquella marabilla. Ahora, se afanava en acer el nudo de la corbata, lo había echo mil beces y, en esta ocasión, se le resistía. abía pasado ya un buen rato cuando consiguio un nudo pasable. Estaba claro que hoy llegaría tarde al trabajo, aún asi tendría que darse prisa y tardar lo menos posible, pero al llegar a la puerta algo le obligó a frenar, rafa intentó moverse por todos los medios posibles, pero sus pies permanecían inmobiles. De pronto, sintió que algo le apretaba la garganta, casi no podía respirar y tuvo miedo. Lo más estraño de todo fue que Rafa no tenía miedo a morir axfisiado por una corbata diabolica, sino que sentía miedo de si mismo, de lo que había hecho durante esos veinte años y de segir haciendolo. Cuando comprendió esto, la corbata lo libero y se la sacó del cuello, se fue despacio acía la habitación, anudó la corbata al despertador y lo dejó allí gritando, como hacía todas las mañanas, durante horas.
Texto corregido:
[…]Hoy, no le llevaría nada de tiempo esta tarea, pues el día anterior al pasar por delante de un escaparate captó su atención una corbata que parecía hecha con el zumo de millones de granadas maduradas bajo la luz del un sol inusualmente intenso y brillante. Entró en aquella tienda que le era desconocida, pagó y se fue pensando en lo bien que le sentaría aquella maravilla. Ahora, se afanaba en hacer el nudo de la corbata, lo había hecho mil veces y, en esta ocasión, se le resistía. Había pasado ya un buen rato cuando consiguió un nudo pasable. Estaba claro que hoy llegaría tarde al trabajo, aún así tendría que darse prisa y tardar lo menos posible, pero al llegar a la puerta algo le obligó a frenar, Rafa intentó moverse por todos los medios posibles, pero sus pies permanecían inmóviles. De pronto, sintió que algo le apretaba la garganta, casi no podía respirar y tuvo miedo. Lo más extraño de todo fue que Rafa no tenía miedo a morir asfixiado por una corbata diabólica, sino que sentía miedo de sí mismo, de lo que había hecho durante esos veinte años y de seguir haciéndolo. Cuando comprendió esto, la corbata lo liberó y se la sacó del cuello, se fue despacio hacia la habitación, anudó la corbata al despertador y lo dejó allí gritando, como hacía todas las mañanas, durante horas.
Para que no olvides la ortografía de aquellas palabras en las que hayas cometido errores, te recomendamos realizar una oración con cada una deellas.