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El punto y coma

Publicado por Aroa Plaza

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Dedicamos este artículo al punto y coma (;), signo de puntuación que expresa una pausa de mayor duración que la que indica una coma y menor que la que marca el punto. De todos los signos de puntuación, el punto y coma es el que presenta mayor dificultad en su utilización, puesto que se trata de un signo más subjetivo que el punto, la coma o los dos puntos y, además, en ocasiones puede ser sustituido por estos.

Además, el punto y coma es un signo de puntuación que aporta elegancia y precisión a nuestros textos. Su uso correcto puede enriquecer nuestras redacciones y hacerlas más comprensibles para el lector. A pesar de su aparente complejidad, el dominio del punto y coma es una habilidad que se puede adquirir con la práctica y el estudio de las reglas que lo rigen.

¿Cómo se escribe el punto y coma?

– Junto al la palabra o signo anterior, es decir, sin dejar ningún espacio en blanco entre uno y otro.

– Dejando un espacio entre él y la palabra o signo posterior.

– La palabra que aparece después de este signo ha de escribirse en minúscula. Esta norma no se sigue únicamente en las series de ejemplos que se introducen en obras de carácter lingüístico, donde cada ejemplo es independiente del anterior y se inicia con mayúscula.

– El plural del nombre punto y coma se expresa mediante el artículo, por tanto si hemos de escribir este término en plural lo haremos así: Los punto y coma de este texto no son correctos. Puede emplearse también la palabra signos delante para que quede más claro: Los signos de punto y coma de este texto no son correctos.

¿Cuándo se emplea el punto y coma?

1. Cuando realizamos una enumeración en la que se escriben comas, utilizaremos el punto y coma para separar cada componente de la enumeración.

Ejemplo:

Un buen hombre nos indicó cómo llegar: «primero, siga todo recto; después, en la segunda calle, gire a la derecha; a continuación, conduzca hasta una rotonda; tome la segunda salida, y a lo lejos verá ya el hotel».

2. Aquellas oraciones que sintácticamente sean independientes pero cuyo significado esté ampliamente relacionado se separará con punto y coma. En este uso sería posible también escribir un punto, todo depende de cómo se considere la relación entre los enunciados, si esta es fuerte se prefiere el punto y coma.

Ejemplo:

Se acabó la fiesta; coged vuestras cosas y marchaos.

3. En oraciones largas unidas por nexos adversativos, consecutivos o concesivos (pero, sin embargo, aunque, por tanto, etc.), se escribe punto y coma delante del nexo.

Ejemplo:

Todos aquellos trabajadores habían trabajado durante meses sin cobrar ni un solo céntimo; sin embargo, aquel esfuerzo no sirvió de nada y fueron despedidos.

De todos modos, hay que señalar que si el enunciado que se inicia con el nexo es corto es preferible usar la coma, mientras que si es demasiado largo se opta por el punto.

4. Cuando se realiza una lista de elementos que se escriben en líneas distintas que comienzan con minúscula, se escribirá punto y coma detrás de cada uno de los elementos exceptuando el último, donde se colocará un punto.

Ejemplo:

Los modos del verbo son tres:

– el modo indicativo, donde el hablante muestra una actitud objetiva;

– el modo subjuntivo, donde el hablante muestra una actitud subjetiva;

– el modo imperativo, donde el hablante manifiesta una orden.

5. El punto y coma también se utiliza para separar oraciones que ya contienen comas internas, con el fin de evitar confusiones y mantener la claridad en la lectura.

Ejemplo:

En el mercado compré manzanas, que estaban en oferta; peras, que son mis favoritas; y plátanos, para hacer un batido.

6. En discursos o textos donde se citan palabras textuales de diferentes personas, se utiliza el punto y coma para separar las intervenciones de cada uno.

Ejemplo:

El profesor dijo: «Estudien para el examen»; María preguntó: «¿Será muy difícil?»; y Juan comentó: «Creo que si repasamos bien, podremos aprobar».

En definitiva, el punto y coma es un signo de puntuación versátil y útil que, bien empleado, puede mejorar la calidad de nuestros textos y facilitar su comprensión. No debemos temer su uso, sino aprender a manejarlo con soltura y precisión.