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La raya (I)

Publicado por Aroa Plaza

raya

En anteriores artículos ya hemos revisado el uso de algunos signos como el guión, el parénteris, el corchete, etc. Hoy continuaremos repasando otro de es estos signos, la raya (—). Veamos cuáles son sus usos:

1. La raya sirve para enmarcar aclaraciones o incisos dentro de n discurso.

Ejemplo:

La amistad —algo que siempre había valorado— dejó de tener sentido para ella aquel día.

Este mismo uso lo poseen las comas o los paréntesis, la elección de uno u otro signo depende del grado de aislamiento que se quiera otorgar a la parte enmarcada. Las comas representan un aislamiento menor al de la raya, mientras que los paréntesis suponen uno mayor.

Tras la raya que cierra el enunciado enmarcado podemos encontrar cualquier signo de puntuación.

Ejemplo:

Aquella es Valeria —mi prima—. Ha llegado hoy de Italia y tiene ganas de conocer la ciudad.

2. Si en un texto que aparece entre paréntesis dentro de un discurso quiere hacerse una aclaración o inciso, emplearemos la raya para ello.

Ejemplo:

El artículo (traducido ya a varios idiomas —inglés, español, francés y chino—) ha sido un éxito.

Y del mismo modo, cuando en un enunciado enmarcado entre rayas queramos hacer algún inciso, lo haremos entre paréntesis.

3. Cuando se emplea el diálogo como forma de expresión textual, emplearemos la raya para marcar cuando intervienen cada uno de los participantes en la conversación cuando el nombre de estos no aparece reflejado. Esta raya se escribirá pegada a la primera palabra que aparezca tras ella.

Ejemplo:

—¿Vas a venir a comer?

—No, hoy tengo mucho trabajo.

4. En las novelas y demás textos narrativos, se emplea la raya cuando el narrador introduce algún inciso en la intervención del personaje.

Ejemplo:

—¡No seas tan grosero! —dijo María—, ¡pídele perdón! —añadió.

Para emplear bien la raya en la narración debemos saber que:

– No se escribirá raya de cierre cuando a continuación del inciso no hable el personaje:

Ejemplo:

—Necesito que me digan la verdad—gritó Laura. Pero, nadie parecía escucharla.

– El inciso del narrador se enmarca entre dos rayas cuando este aparece entre las palabras del personaje.

Ejemplo:

—Me desperté y no sabía dónde estaba—le contaba Miguel aquella muchacha—. Había pasado durmiendo los dos últimos días y lo último que recordaba era la cara de aquel hombre con bigote.

– En los casos en que el inciso que introduce el narrador comience con un verbo de habla (decir, gritar, exclamar, apuntar, añadir, etc.), este aparecerá en minúscula independientemente del signo de puntuación que le preceda.

Ejemplo:

—¡Cállate, tonto!—dijo Elena.

– Si tras el inciso del narrador es el personaje quien habla, el signo de puntuación perteneciente al enunciado que ha sido interrumpido se colocará tras la raya que cierra el inciso.

Ejemplo:

—Tengo hambre—decía en voz baja el chico—, no he comido nada durante días y creo que voy a desmayarme.

– Si el inciso introducido por el narrador no arranca a partir de un verbo de habla, tras las palabras del personaje se escribe punto y el inciso comienza en mayúscula.

Ejemplo:

—Ya no me divierten tus tonterías. —Lo miró con indiferencia y se sentó ante el televisor.

Si las palabras del personaje continúan tras el inciso, el punto se colocará tras la raya de cierre.

Ejemplo:

—Ya no me divierten tus tonterías —Lo miró con indiferencia y se sentó ante el televisor apagado. Creo que deberías marcharte.

– Cuando son los dos puntos el signo que corresponde escribir tras el comentario del narrador, estos se colocarán después de la raya de cierre.

Ejemplo:

—He leído tu libro —dijo pensativo, y con ironía añadió—: Es buenísimo.