Verbos auxiliares
En La guía de lengua vamos a dedicar una serie de artículos al estudio del elemento clave de toda oración, del componente que suele marcar su tipología e incidir en todos los otros elementos que la componen. Hablamos, por supuesto, del verbo.
El verbo, como todos los componentes gramaticales, puede variar enormemente, aunque por lo general entendamos que es el elemento que porta consigo la “acción” que la oración describe y la sitúa temporalmente.
En este artículo en particular, vamos a ocuparnos de un tipo de verbo muy particular. Se trata de los verbos auxiliares, unos verbos muy especiales que se dedican a acudir en ayuda de otros cuando éstos lo necesitan, aun perdiendo por el camino su propia identidad. Estos verbos, en español, son dos, y son muy bien conocidos y usados: se trata de “haber” y de “ser”.
El caso de haber es probablemente el más prolífico, pues se ha especializado en ayudar a todos los verbos en una habilidad que todos necesitan bastante a menudo: los tiempos compuestos. En realidad, ningún verbo en español puede sobrevivir por sí mismo en todas las situaciones del idioma. Cuando un verbo quiere decir algo en tiempo pasado, casi siempre necesitará la ayuda de un auxiliar (en concreto, la ayuda de “haber”).
Y esto hace que “haber” casi siempre aparezca sin significado propio. Por ejemplo, cuando decimos:
He comido
Había llegado
Has comprado
¿Habéis empezado?
Raro es ver a “haber” con su propio significado. Como cuando se dice “mucho tiempo ha…” ó “él ha muchos dominios…”. En cualquiera de los casos, esas frases no pueden desembarazarse ya de cierto aire arcaizante.
Por otra parte, el verbo “ser” presta ayudas más variadas pero es, por lo general, peor ayudante, pues no son pocas las situaciones en las que él mismo debe recurrir a la ayuda del propio “haber”. “Ser” resulta un buen auxiliar cuando presta ayuda en las oraciones pasivas, como por ejemplo en:
Fue despedido
Es contratado
Será derrotado
Pero es más común que, en esa particular tarea, vaya acompañado del auxiliar “haber”, quedando así:
Había sido despedido
Ha sido contratado
Aunque “ser” y “haber” son los auxiliares más comunes y prolíficos, en español existen otros. Por ejemplo, “tener”, “ir” o “llevar” también pueden actuar como auxiliares en determinadas oraciones, como estas:
Tengo que pagar los impuestos
Voy a dejarme una pasta en los impuestos de este año
Llevo cinco años sin pagar un sólo impuesto