Función sintáctica
Las oraciones están compuestas por palabras que desempeñan servicios particulares, y que establecen modos de relación con las demás palabras que las rodean. O, dicho de otra manera, las palabras que componen una oración no son elementos aislados, sino que unas inciden sobre otras, y la presencia de una determinada palabra, o de una determinada manifestación de una palabra, tiene repercusiones importantes sobre las demás.
A este modo de incidir en la oración se le denomina función sintáctica. Quizá el más claro sea el hecho de que, generalmente, las palabras están obligadas a concordar en género y número entre sí, por lo que la función sintáctica obliga a la aparición de determinados morfemas masculinos, femeninos, singulares o plurales. En concreto, la función sintáctica del sujeto y la función sintáctica del predicado siempre han de concordar, por lo que si la primera es, por ejemplo, de género femenino y de número plural, entonces la segunda también ha de serlo.
Las chicas jugaban tranquilas en el parque
La chica jugaba tranquila en el parque
No podemos aislar ninguna palabra, porque el cambio de una de ellas puede variar la forma en que se presentan todas las demás. Como vemos en el ejemplo anterior, un ligero cambio en el sujeto (“la chica” por “las chicas”), propicia dos cambias en el predicado (“jugaban” por “jugaba” y “tranquilas” por “tranquila”). Sin embargo, es necesario recordar aquí que para que una palabra o grupo de palabras desempeñe una función sintáctica no es necesario que esté sujeto a relaciones de concordancia de género y número. Puede no variar en absoluto, como en este caso ocurre con el sintagma preposicional “en el parque”, y aun así desempeñar una función sintáctica, en este caso la de complemento circunstancial de lugar.
Por supuesto, tampoco existen tantas funciones sintácticas como palabras. En algunos casos, puede ocurrir que una sola palabra desempeñe por sí misma una función sintáctica, como ocurre, en el ejemplo anterior, con “tranquilas” o “tranquila”, que es complemento circunstancial de modo. O como también ocurriría si en lugar de “la chica” dijéramos “María juega tranquila en el parque”. En ese caso, “María” sería sujeto.
Pero lo normal es que una función sintáctica sea desempeñada por un grupo de palabras, o dicho con más precisión, por un sintagma, sea este nominal, preposicional, o verbal.
Las dos funciones sintácticas más comunes y conocidas son, como no podía ser de otra manera, el sujeto y el predicado.