La función social de la literatura (II)
En el artículo anterior comenzamos a tratar el tema que hoy nos ocupa, la función social de la literatura, y en él vimos cómo surgió probablemente esta actividad creadora y qué funciones poseía en la Antigüedad y en la Edad Media (puedes leerlo pinchando en este enlace: La función social de la literatura). Ahora, ahondaremos en las funciones sociales que desempeña la literatura en nuestro mundo a partir del siglo XVI. Estas funciones pueden condensarse en cuatro, veamos cuáles son:
1. La literatura como evasión.
El hombre moderno se halla constante abrumado y oprimido por un sinfín de preocupaciones, miedos, tensiones y conflictos y uno de los medios que este ha encontrado para liberarse de todo lo que le conduce a ese estado de malestar es la literatura. El poder que posee la palabra no pasa desapercibido y tanto para aquel que crea como para aquel que recibe lo creado y vuelve a re-crearlo en su imaginación, la literatura sirve como vía de escape hacia otras realidades. Así, la literatura permite al hombre evadirse de lo cotidiano y encontrar la justicia, la aventura, el sentido de la vida, etc., en las palabras escritas. Este arte sirve al escritor para gritar sus deseos, sus aflicciones, sus sueños, etc., mediante palabras que servirán al lector como desahogo y distracción de los problemas que hay en sus vidas.
2. La literatura como compromiso.
Como el escritor vierte en sus obras sus ideas, sus valores, sus afectos y rechazos, etc., esto es, su visión del mundo. Esta se convierte en un compromiso con ideologías, ideas sociales, valores éticos o sentimientos religiosos. Por su parte, el lector muchas veces se sentirá identificado con lo que el autor proclama y otras descubrirá nuevas visiones de estos aspectos tan importantes para la sociedad. De este modo, la literatura consigue que pensemos en temas o nos planteemos asuntos en los que es posible que no hubiéramos fijado nuestra atención hasta la lectura de cierta obra. Esto refleja que la literatura no solo inventa nuevas realidades sino que ofrece distintas concepciones de nuestro mundo y la sociedad que vive en él. Por estas razones, la literatura que contraviene las ideas imperantes ha intentado ser controlada y censurada en muchas épocas y sociedades.
3. La literatura como conocimiento.
La literatura es un ejercicio intelectual en el que se trasmiten emociones y sentimientos que hacen sentir al lector. De algún modo, la literatura sirve también para educar al hombre en la expresión y la vivencia del mundo de los sentimientos. Pero, en las obras literarias el autor no solo vierte sus emociones sino que también comparte con el lector sus conocimientos sobre distintos ámbitos del pensamiento y, por consiguiente, este amplía su cultura y saber. Los conocimientos que puede extraerse de un texto literario son amplísimos y pueden abordar múltiples campos como la política, la historia, la filosofía, la estética, la lingüística, la religión, etc.
4. La literatura como placer estético.
El placer estético que la obra literaria produce ya justifica por sí mismo la existencia de la misma, porque ante todo los textos literarios son creaciones artísticas. Por esto, el autor de una obra literaria no solo tiene en cuenta qué dice en su obra sino cómo lo dice, busca expresarse también de forma bella y artística poniendo todo su esfuerzo no solo en el contenido sino también en la forma. Así, para el lector la lectura se convierte en una experiencia interesante, seductora y emotiva.