Números romanos
En el artículo de hoy vamos a exponer cómo ha de emplearse la numeración romana. Los números romanos están representados por siete letras del alfabeto latino y cada una de estas letras equivale a un número concreto. Veamos:
– A la letra I le corresponde el valor 1.
– A la letra V le corresponde el valor 5.
– A la letra X le corresponde el valor 10.
– A la letra L le corresponde el valor 50.
– A la letra C le corresponde el valor 100.
– A la letra D le corresponde el valor 500.
– A la letra M el valor 1000.
Para escribir bien un número según la numeración romana, debemos conocer lo siguiente:
1. Los números romanos se escriben en mayúscula. Es cierto que en épocas pasadas se empleó también la minúscula en la escritura de esta numeración, pero en la actualidad solo se emplea la mayúscula.
En el caso de que los números romanos acompañen a palabras escritas en minúscula puede empelarse para su escritura la versalita (letras con forma de mayúscula, pero tamaño de minúscula).
Si los números romanos están expresando un valor ordinal, no se les adjuntarán letras voladas (*Iª Gerra Mundial > I Guerra Mundial).
2. La misma letra no puede repetirse más de tres veces seguidas.
Si tomamos como ejemplo el número 444, observamos que no podemos escribirlo CCCCXXXXIIII, puesto que las letras aparecen más de tres veces seguidas, y tendremos que escribirlo de un modo más complejo: CDXLIV. Vemos como a 500 hemos tenido que restarle 100 para obtener el 400, al 50 le hemos restado 10 para conseguir el 40 y a 5 le hemos quitado 1 para obtener el último cuatro.
3. Otra de las reglas existentes que debemos seguir es aquella que impide la repetición de una letra dos veces, si existe otra que representa ese valor.
Por ejemplo, no se escribirá *LL para representar el número 100, cuando ya existe la letra C para su representación.
4. Si a una letra le sigue otra que representa un valor igual o inferior al suyo, se suman los valores.
Por ejemplo, si tenemos una X a la que le sigue otra X, sus valores se suma por ser el mismo (XX = 20). Y si tenemos una X seguida de I, también se suman sus valores por ser inferior el de la segunda letra (XI = 11).
5. En el caso de que la letra que sigue a otra se de mayor valor, se resta el valor de la primera al de la segunda.
Por ejemplo, si tenemos una I seguida de una X, restaremos el valor de la I a la X (IX = 9).
6. Los números romanos se multiplicarán por mil según el número de rayas horizontales que se escriban sobre ellos.
Por ejemplo, si tenemos una C con una raya horizontal sobre ella su valor será el de 100 000.
Hoy día, la numeración romana se emplea casi exclusivamente con un valor ordinal. Podemos encontrarlos, por ejemplo:
– Indicando años en monumentos o lápidas.
– En la expresión de los siglos.
– En la numeración de dinastías.
– Tras el nombre de papas, reyes y emperadores que comparten nombre con anteriores papas, reyes o emperadores.
– Numerando tomos, volúmenes, partes, libros, capítulos, etc.
– En la numeración de congresos, festivales, concursos, campeonatos, etc.
– Numerado las páginas previas al cuerpo de la obra como el prologo, la introducción, etc.
– Señalando el mes en la escritura de una fecha de forma abreviada.