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La letra y el fonema, las unidades mínimas de la lengua

Publicado por Pablo

Letras y palabrasLa unidad más pequeña que existe en el lenguaje es la letra, cuando hablamos del lenguaje escrito, y el fonema (se representa con el sonido entre dos barras inclinadas: /e/, por ejemplo), cuando nos referimos al lenguaje oral. Es muy común que coincidan (como la letra a y el fonema /a/), pero no siempre ocurre. La letra c, por ejemplo, suena como /k/ en caza y, sin embargo, suena como /z/ en cerro. Ahora veremos más casos como éste.

La palabra letra viene del latín littera (no confundir con litera), mientras que fonema proviene del griego fónema, que viene a significar «sonido de la voz».

Como decíamos, la mayoría de las letras tienen sus propios fonemas únicos, pero hay ciertas excepciones y casos particulares:

La C representa dos sonidos: /k/ y /z/ (caray, cetáceo).

La Y también tiene dos sonidos: voy (suena como i), y ayer (suena como /ll/).

La W, que no es patrimonial del español, puede sonar como /b/ (woltio), o como /gü/ (whisky).

La G y la J, son, en cambio, dos letras con el mismo fonema (Giménez y Jiménez se prouncian igual), aunque la G también puede sonar de otra manera: ganar, gozar…

Cuando la C se encuentra con la H, forman un sonido nuevo: /ch/, como pasa en chocolate.

La H sólo se pronuncia cuando va detrás de la C, como hemos visto, formando una CH. En cambio, cuando va sola, sea al principio o en medio de una palabra, no se prouncia (hoy, ahora…).

La I comparte sonido con la Y cuando ésta va al final de la palabra (como en buey).

La L también puede desdoblarse si se encuentra consigo misma, formando la /ll/ (llorar, llover).

La R puede sonar fuerte cuando va al principio de la palabra (roer, rectángulo) o suave si va en el interior (tarea, parar). En cambio, si va desdoblada (rr), como en arrea, o en carruaje, vuelve a sonar fuerte.

La U se vuelve invisible cuando hablamos (es decir, no se pronuncia) cuando va detrás de la q o de la g, excepto cuando lleva diéresis (vergüenza, lingüístico).

La Z comparte sonido con la C, y sólo se usa delante de a, de o, o de u. En esos casos reemplaza a la C, ya que donde C suena /k/, Z suena /z/ (zapato, zorro…).

Además de estas particularidades, es importante destacar que la pronunciación de los fonemas puede variar dependiendo de la región geográfica. Por ejemplo, en algunas zonas de España, la Z y la C (cuando va seguida de e o i) se pronuncian como /θ/ (zapato, cerveza), mientras que en la mayoría de los países hispanohablantes se pronuncian como /s/.

Por otro lado, la LL y la Y pueden tener distintos sonidos dependiendo del país. En la mayoría de los países se pronuncian como /ʝ/ (llave, yo), pero en algunas regiones de Argentina y Uruguay se pronuncian como /ʃ/ (llave, yo).

La Q siempre va seguida de la U y de otra vocal, y su sonido es /k/ (queso, quitar). Sin embargo, si la U lleva diéresis, se pronuncia (agüero, pingüino).

La V y la B se pronuncian de la misma manera en español: /b/ (vaca, barco). Sin embargo, en algunas regiones de España, la V se pronuncia como /v/ (vaca).

La X tiene varios sonidos: puede sonar como /ks/ (examen), como /s/ (xilófono) o como /ʃ/ (México).

Por último, la Ñ es una letra exclusiva del alfabeto español y su sonido es /ɲ/ (niño, año). En otros idiomas, este sonido se representa con diferentes combinaciones de letras, como «gn» en italiano o «nh» en portugués.

Estas variaciones en la pronunciación de los fonemas demuestran la riqueza y diversidad del idioma español. Aunque la correspondencia entre letras y fonemas no siempre es directa, conocer estas reglas nos ayuda a mejorar nuestra pronunciación y comprensión del idioma.