Partes en las que se divide un libro III
Hemos dedicado dos posts anteriores a hablar de los distintos apartados que componen un libro, y en realidad todavía no habíamos hablamos del cuerpo del texto, de la obra en sí. De manera que ya ha llegado el momento de hacerlo.
El texto. Por fin, llegamos al texto, sobre el que poco más podemos decir, ya que en cuanto a sus características, lo cierto es que habrá tantas como autores. Pero en cambio, sí que nos podemos detener en ciertos elementos que pueden aparecer.
Por ejemplo, las ilustraciones y gráficos los cuales siempre han de llevar un pie explicativo, el cual aparecerá en una fuente distinta en forma o tamaño al del texto general.
Otro elemento que puede ir intercalado en un texto son las citas. Con ellas se refuerzan nuestras ideas y teorías. Es decir, esas citas las usa el autor en su provecho, pero lo ha de hacer con un escrupuloso respeto. Por lo tanto, en primer lugar la reproducción de los textos ajenos ha de ser fiel, y si se omiten datos se tiene que indicar con paréntesis (…), mientras que si incorporamos comentarios propios a esa cita, hay que encerrarlos dentro de corchetes […].
Además en el texto general se pueden incluir notas. En este caso son complementos a la información. Es muy habitual incluirlas al pie de la página, para que su lectura sea inmediata. Aunque también hay casos en las que se colocan al final del libro o de un capítulo, relacionándolas con la numeración preceptiva.
Los apéndices. Una vez acabado el texto pueden aparecer los apéndices. Estos tienen cabida tanto en obras literarias, como académicas o técnicas. El propósito es añadir documentación ajena o complementaria a la obra, para así aclarar su contenido. Y estos apéndices pueden ser transcripciones literales de otros textos, pero también pueden ser imágenes, ilustraciones, mapas, gráficos, etc.
Todos estos apéndices deben aparecer ya reflejados en el índice del comienzo, donde deberán ir numerados.
La bibliografía. Al final de la obra se pueden mencionar las publicaciones que se han tenido como referencia. Y en este caso pueden ser de varios tipos, tanto escritas como videográficas. Y dentro de las publicaciones escritas estas referencias pueden ser libros o artículos en revistas especializadas o en diarios. Y cada una de estas fuentes tiene sus particularidades a la hora de citarlas.
Los índices temáticos. Los distintos tipos de texto pueden todavía completarse aún más si se incluyen diferentes tipos de índices. ¿Para qué? Para ayudar al lector a consultar únicamente ciertas partes del texto. Es decir, se pueden hacer índices de carácter terminológico, incluyendo las páginas donde aparecen los conceptos claves. Pero también pueden hacerse sobre los lugares citados, lo que es muy interesante por ejemplo en el caso de guías de viajes. Y del mismo modo se puede hacer con los autores citados, otras obras, etc.