Prosodia
La lingüística es un campo muy amplio dentro del mundo del estudio científico. No debe sorprendernos, pues, que dentro del mismo existan diversas disciplinas y sub-disciplinas que se encarguen de áreas de estudio más limitadas. Por ejemplo, todos conocemos la morfología, la semántica, la lexicología, la fonología o la sintaxis, que son sólo algunas de esas áreas. Hoy vamos a tratar una de ellas, normalmente menos conocida pero igualmente importante: la prosodia.
La prosodia es efectivamente una rama de la lingüística, como las citadas anteriormente. Ésta en concreto se ocupa de analizar y estudiar en profundidad todo lo relacionado con la expresión oral, es decir, elementos como el tono, el acento y la entonación de los enunciados.
Uno de los campos en los que la prosodia ha tenido una aplicación más práctica es en la métrica, donde el estudio de la entonación y la unión práctica de unas palabras con otras cuando son pronunciadas han
ayudado mucho a entender el ritmo y la rima de los versos.
La prosodia cuenta con una función integradora, pues su propósito no es otro que ayudar a la comprensión del enunciado a través del estudio de los hilos fónicos, la entonación, el ritmo y las pausas de la expresión oral.
Antiguamente, la prosodia se estudiaba a través de sistemas de observación basados en reglas, reglas que se obtenían a través de los estudios lingüísticos y que se pulían empíricamente hasta conseguir un razonable nivel de aplicación exitosa. Actualmente, por el contrario, lo que se están empezando a utilizar son métodos estadísticos generados de forma automatizada a través de bases de datos. Así se pueden generar modelos prosódicos de forma directa y cómoda.
Cuando se generan modelos prosódicos de esta forma, son cuatro las características que se han de tener bajo consideración, a saber: la duración segmental, la intensidad segmental, las pausas y los movimientos melódicos. Se han de tomar en cuenta, además, ciertas variables importantes: el tipo de oración, la duración temporal, el número de sílabas del grupo entonativo, la distancia a la última sílaba acentuada, la categoría gramatical de cada palabra, y algunas más.
A través de esas grandes consideraciones se puede definir la entonación, que es fundamentalmente la evolución de la frecuencia principal y el ritmo, que aglutina tanto las duraciones como la localización y la duración de las pausas. Y así sabemos que la prosodia genera unos datos referentes a la entonación, la duración y las pausas que son distintos y útiles para cada palabra, oración o enunciado.