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Enunciados interrogativos y desiderativos

Publicado por Pablo

EnunciadosEn los enunciados interrogativos, el emisor expresa una actitud de desconocimiento o de incertidumbre. Pregunta, por ejemplo: ¿se ha marchado ya ella?; o, ¿cuándo se ha marchado ella?; Ignoro cuándo se ha marchado ella.

Para hacer preguntas contamos con dos tipos de procedimientos lingüísticos:

La interrogación directa: ¿se ha marchado ya ella?

La interrogación indirecta: Ignoro cuándo se ha marchado ella

Cuando los enunciados interrogativos presentan estructura oracional, el verbo suele aparecer en modo indicativo, y puede invertirse el orden de aparación del sujeto y el predicado sin que la frase sufra gramatical ni semánticamente. Preguntar “¿se ha marchado ya ella?”, o “¿ella se ha marchado ya?” es exactamente lo mismo.

Los enunciados interrogativos directos pueden ser de dos tipos: totales o parciales.

En el caso de los enunciados interrogativos totales, el hablante pregunta por el contenido completo del enunciado. Y las respuestas posibles a un enunciado de este tipo han de ser dos: sí, o no. Una pregunta como “¿Se ha ido ya ella?” sólo deja esas opciones para responder.

Por su parte, la entonación de los enunciados interrogativos totales termina en una elevación del tono de voz después de la última sílaba tónica.

El caso de los enunciados interrogativos parciales es distinto. En este caso, el hablante pregunta por una parte del enunciado. Aparecen precedidos de pronombres o adverbios interrogativos (qué, quién, dónde, cómo, cuándo…): “¿Cuándo se ha marchado ella? ¿Vienes el sábado o el domingo?

La entonación de los enunciados interrogativos parciales termina, como en el caso de los enunciados enunciativos, con un descenso del tono de voz. Sin embargo, este descenso se inicia después de la partícula interrogativa.

Nos ocupamos ahora de un tipo de enunciados distintos: los desiderativos.

Los enunciados desiderativos presentan el contenido del mensaje como un deseo del hablante, es decir, el hablante hace uso de ellos cuando quiere expresar algo que desea conseguir. Pueden tener estructura oracional (“¡Ojalá llueva mañana!”), o no oracional (“¡Suerte!”).

Cuando los enunciados desiderativos tienen una estructura de tipo oracional, el verbo principal ha de ir en subjuntivo. Los deseos posibles se expresan en presenta o en pretérito perfecto de subjuntivo: “Ojalá se vaya; Ojalá se haya ido ya”. Para expresar deseos que el hablante considera de imposible realización, se utiliza, más bien, el pretérito pluscuamperfecto de subjuntivo: “Ojalá me hubiera quedado en casa aquella tarde”.

Los enunciados desiderativos con estructura oracional aparecen introducidos por adverbios del tipo de “ojalá”, “así”, o de la conjunción “que”. Estos elementos indican el carácter desiderativo del enunciado.