Las principales manifestaciones del género lírico
La oda es un poema lírico extenso, que lleva siendo cultivado desde la Antigüedad. De hecho, fue el romano Horacio quien fijó su estructura y sus temas. Trata acerca de los asuntos más variados, como pueden ser el amor, la amistad, la política o la vida en el campo. En el Renacimiento lo adoptaron poetas como Fray Luís de León o Fernando de Herrera.
La elegía es una composición poética que expresa el dolor por la muerte de un ser querido. La más famosa de nuestra literatura son las Coplas a la muerte de su padre, de Jorge Manrique. Destaca también el Llanto por la muerte de Ignacio Sánchez Mejías, de Federico García Lorca, ya en el siglo XX.
El soneto, que tiene un origen italiano, alcanza su perfección con Petrarca y Dante. Garcilaso lo adoptó a la literatura castellana con brillantez, y a partir de ahí lo cultivaron poetas como Fernando de Herrera, Luis de Góngora o Lope de Vega. U forma cerrada le permite expresar los temas más variados, aunque el más frecuenta sea el amoroso. Esta forma consta de dos cuartetos y dos tercetos. Aunque en los siglos XVIII y XIX disminuyó su empleo, el Modernismo lo revitalizó tanto que en el siglo XX ha sido uno de los más empleados.
La égloga es una composición poética en la que dos pastores dialogan sobre sus sentimientos amorosos. Se inspira en las composiciones del poeta latina Virgilio, aunque tuvo se máximo esplendor durante el Renacimiento.
La pastorela es un poema centrado en temas amorosos, en el que un caballero dialoga con una pastora a la que declara abiertamente su amor, y de la que al final se burla. Los poetas castellanos adaptaron este género con tantas particularidades que se terminó llamando serranilla; manifestaba un tono mucho más realista que su precursora.
El villancico es una composición poética breve que emplea un lenguaje muy sencillo. Tuvo en sus inicios entre dos y cuatro versos; más adelante, los poetas cultos del siglo XV añadieron una glosa, y así pasó a los siglos XVI y XVII. El villancico profano perdió vigor en el siglo XVIII, y hoy sólo ha llegado el villancico religioso, muy popular en las celebraciones navideñas.
EL romance es una forma poética que surgió con la desmembración de los cantares de gesta. Lo forman una serie indefinida de versos octosílabos que riman en asonante, los pares, y quedan libres los impares. Aunque también hay romances escritos en hexasílabo y en heptasílabo.
No fue, sin embargo, hasta el siglo XV cuando el romance adquirió su carácter escrito, y su transmisión fue oral. En el XVI evolucionó como poesía, surgieron muchos nuevos, y se impuso la rima asonante. Lo han cultivado autores de todas las épocas, como Lope de Vega, Meléndez Valdés, Espronceda, Zorrilla, Machado o Lorca.