Lengua

Despectivo

Publicado por Pablo

despectivo.jpgAl igual que una persona que adopta una actitud despectiva es una persona que desprecia, menosprecia o se burla de algo, en lengua, un despectivo es el medio por el cual se le añade a una palabra un significado negativo, de desprecio o, en algunos casos, irónico o sarcástico. El proceso se lleva a cabo mediante la adición de un afijo a la raíz de la palabra (que es normalmente un sustantivo o un adjetivo), afijo que puede ser de muchos tipos y que, en la lengua española, presente multitud de variedades, tanto relativas a localismo o regionalismos como a jergas sociales y profesionales.

Los despectivos tienen una estrecha relación con los aumentativos y con los diminutivos. Al fin y al cabo comparten procedimiento (adición del afijo) e intención (cambio de significado). Hay, de hecho, algunos aumentativos y diminutivos que se utilizan casi siempre con intención despectiva, aunque muchos otros no lo hacen.

Para distinguir cuándo un aumentativo se usa como despectivo no hay mejor regla que el análisis del contexto. Si simplemente estamos dando a entender que algo o alguien es grande, ancho o extenso, entonces estaremos utilizando un aumentativo. Pero si, junto con esos significados, queremos burlarnos de dicha condición, o transmitir a su vez fealdad o asco, entonces además de aumentativo estaremos hablando de un despectivo.

Normalmente, cada palabra cuenta con su «forma despectiva» propia, o lo que es lo mismo, a cada palabra le corresponde un afijo particular con el que formar su despectivo. Ciertas palabras, y estas palabras son la excepción, admiten en cambio más de un afijo con el que formar el despectivo.

En la lengua española, los sufijos más utilizados para formar los despectivos son los que siguen:

Despectivos terminados en «acho» o «acha», como «populacho» (pueblo > popular > populacho). Hay que tener cuidado y no confundir este despectivo con palabras que terminan de esta manera, como «muchacho» o «cucaracha».

Despectivos terminados en «aco» o «aca», como «libraco» o «bicharraco». Nótese que este despectivo es también aumentativo: si decimos «bicharraco» queremos decir bicho grande, pero también bicho feo o desagradable.

Despectivos terminados en «ajo» o «aja», como «pequeñajo» o «escupitajo».

Despectivos terminados en «ango» o «anga», como bullanga o dulzango (más en desuso).

Despectivos terminados en «asco» o «asca», como hojarasca.

Despectivos terminados en «astro» o «astra», como «padrastro» o «politicastro» (de político).

Despectivos terminados en «ato» o «ata», como «niñato», o «bocata».

Despectivos terminados en «ejo» o «eja», como «tipeja».

Despectivos terminados en «orio», «orrio», «oria» o «orria», como «vejestorio» o «villorrio».

Despectivos terminados en «uco», «ucho», «uzo», «uca», «ucha» o «uza», como «feúcho» o «ventanuco», «granuja» o «gentuza».

Despectivos terminados en «zuelo» o «zuela», como «hombrezuelo» o «mujerzuela».