Funciones gramaticales
Las oraciones, a grandes rasgos, están compuestas por palabras, pero estas palabras no se aíslan unas de otras ni son libres de aparecer en la forma genérica y numérica que les parezca. Por el contrario, existen relaciones entre ellas, y estas relaciones están sujetas a normas. Además, desde un punto de vista analítico, estas palabras forman grupos (mejor llamados sintagmas), cada uno de los cuales desempeña una determinada función. Estas funciones, generalmente bien conocidas, son las llamadas funciones gramaticales.
Generalmente, en el análisis sintáctico o morfosintáctico de las oraciones, a cada grupo de palabras se le atribuyen dos características. La primera es su descripción como tal, como grupo, y responde a la pregunta de ¿qué tipo de grupo es este?. Puede ser un sintagma nominal, un sintagma preposicional, un sintagma adverbial, una conjunción, etcétera. La segunda atribución responde a la pregunta, ¿qué hace este grupo, qué función desempeña? Y la respuesta a esta pregunta es la función gramatical del sintagma en cuestión.
En una oración prototípica existirán normalmente dos núcleos, uno de ellos será un sustantivo o pronombre que actuará como núcleo del sujeto y que, probablemente, aglutine en un sintagma nominal más o menos extenso a algún determinante artículo y, tal vez, alguna preposición con algún sustantivo más; el otro será el núcleo del predicado, y será siempre un verbo que además habrá de concordar numéricamente con el núcleo del sujeto. Estos son los dos ejes de la oración, pero no las únicas funciones gramaticales.
En el predicado, podremos encontrar un complemento directo (también llamado objeto directo), que nos dirá quién, o más frecuentemente qué, sufre o recibe la acción en un primer término, y que podrá ser o bien un sintagma nominal o bien un sintagma preposicional. Tal vez encontremos también un complemento indirecto, cuya función es similar a la del complemento directo pero va siempre tras él, diciéndonos quién padece la acción en segundo lugar.
Juan compró flores para su madre
En este ejemplo, “Juan” es el núcleo (y todo) del sujeto, “compró” es el núcleo del predicado, “flores” es el complemento directo, y “para su madre” es el complemento indirecto. Más allá de esto, pueden aparecer más funciones gramaticales, como los complementos circunstanciales, hasta complejizar la oración en muchos aspectos.
Juan compró flores para su madre ayer en una floristería del centro
“Ayer” actuaría como CC de tiempo, “en una floristería del centro”, como CC de lugar.